lunes, 27 de febrero de 2012

El semáforo

Sor rebelde falleció, ese mismo día que la visite, al anochecer. Tenía 84 años.
Cuando llamó mi madre  por teléfono a la noche empezó a contarme que había visitado la ciudad antigua de mallorca y que estaba encantada. Al acabar ella le conté la visita que había hecho a Sor rebelde y su fallecimiento.
Se quedó sorprendida y me preguntó como había ido a verla. Le conté toda la historia de que Teles me había dicho que estaba en la residencia ... cuando termine de contar me dijo que no me olvidase de ir al entierro y acto seguido continuó:
- Mira marise, yo cuando me muera quiero que tires mi cuerpo al océano, desde los acantilados de finisterre, allí tendré una fiesta con  los peces y los caballitos de mar.
Si mama , le dije - ya no era la primera vez que había venido con esa historia. Mi madre estaba bromeando por que en nuestra familia no nos fiamos mucho del océano, por lo que le había ocurrido a una prima nuestra que le había devuelto a su marido cuando ya lo habían dado definitivamente por muerto y había recompuesto su vida emocional, - claro que después mi prima estaba enamorada de los dos e iba de escándalo en escandalo -
o como le ocurriera a nuestro tio el poeta, cuando el que iba ser su futuro suegro pescó con una nasa la botella que había tirado al océano, con una carta y unas poesías que había hecho a una novia anterior.
Claro que cuando mi madre viene con estas siempre se queda con tirar a alguien por el acantilado del finisterre y ese alguien es : " mi padre " .
Mi padre tiene tantos defectos como cualquiera, que si uno es perfecto se va con el dedito con algodón a pasarlo en aquella esquina de arriba del armario y sale manchita.
De todas formas, aunque lo quiero un montón  a veces me dan ganas de tirarlo por el acantilado … como a mi madre,  por que de tal palo tal astilla.
A mi el defecto que más me repatea de mi padre - pero solo cuando voy de acompañante en el coche- es que siempre va despotricando cuando conduce, y más ahora con los años que tiene y que no mide media tinta.
Estamos parados con el coche estando el semáforo en rojo. Al lado una furgoneta de marroquis, que por la posición de los coches y como es más alta la furgoneta le da sombra al coche de mi padre.
Empieza la retaíla - Por que la mierda de furgoneta esa. Por que ni les toques ni tengas un rayazo que igual no tienen seguro en el coche. Por que la ley de inmigración -. Y que él no baja para decirle que aparte el furgón por que como no hablan español y para aprender idiomas en lo que dura un semáforo - Entonces, al hablar del tiempo, a su criterio el semáforo tarda de más, y empieza a tocar el claxon del coche. El conductor de delante mira por el espejo retrovisor y le hace señas. Mi padre se percata y hace como si buscase algo que se le cayó por el suelo del coche y como sin querer vuelve a tocar el claxon. Molestos, otros conductores empiezan a tocar el claxon también, unos por los otros.
Al final el semáforo se pone en verde y nos ponemos en movimiento.
Vamos por la carretera. Unos pajaritos están posados en un poste al lado del arcén y al ponernos con el coche al mismo nivel que los pajaritos, mi padre da un bocinazo. Los pajaritos sorprendidos echan el vuelo precipitadamente.
 Ha sido la venganza de mi padre.
Luego de media hora de conversación mi madre cambió de parecer : - mira marise cuando me muera no quiero entierro, ni que nadie se entere.
- Si – le dije en broma - y que te ponemos una lapida en blanco para que la pinte el graffittero del pueblo -
- Bueno,- continuó mi madre - en la lapida , si acaso escribe : Desaparecida, si alguien la viese o tuviese noticias de ellas por favor comuniquenselo a las autoridades, o pónganse en contacto con sus familiares -.
Después de otros temas invariados, mi madre me nombró delegada para asistir al entierro en representación de los de nuestra casa. Finalmente remató con un : - Cuando vuelva quiero ver la casa como la dejé. Besos, marise , y hasta mañana, que espero que estés en casa para cuando llame por teléfono a la noche - .

lunes, 20 de febrero de 2012

Sor rebelde 9


- ¡ Mariseeeeeeeeeeeeeeee . Sube, ven de la huerta para casa, que tienes un regalo ¡ - me llamaba mi madre gritando por la ventana.
- ! Voy, mama ¡ - le respondía . Era una respuesta consabida, por que sino mi madre continuaría gritando por la ventana … hasta que cambiaba y pasaba al estado de : “ cuando vengas para casa te vas enterar “
En un chis plas regresaba yo volando a casa. - Pocas cosas rompían la rutina en la casa de mi madre, pero un regalo era como la tele en color en aquellos años- .
  Mientras mi madre decía : - Ay  marise, así no corres para venir hacer los deberes –. Ya había cogido mi regalo y marchaba corriendo para mi habitación . Cerré la puerta de mi habitación , me tiré en la cama y abrí el regalo.
Era un libro sobre la vida de Clara Campoamor
:
Al proclamarse la Segunda República, Clara Campoamor fue elegida diputada –en 1931 las mujeres podían ser elegidas, pero no ser electora * es decir elegida por el voto masculino– integrando las listas del Partido Radical, al que se había afiliado por proclamarse éste "republicano, liberal, laico y democrático": su propio ideario político.
Formó parte de la Comisión Constitucional integrada por 21 diputados, y allí luchó eficazmente para establecer la no discriminación por razón de sexo, la igualdad jurídica de los hijos e hijas habidos dentro y fuera del matrimonio, el divorcio y el sufragio universal, a menudo llamado “voto femenino”. Consiguió todo, excepto lo relativo al voto, que tuvo que debatirse en el Parlamento.
La izquierda, con la excepción de un grupo de socialistas y algunos republicanos no querían que la mujer votase porque se suponía que esta estaba muy influenciada por la Iglesia y estaría a favor de la derecha. Por ello, el Partido Radical Socialista puso frente a Clara a otra reconocida diputada, Victoria Kent, contraria al voto de las mujeres. El debate fue extraordinario y Campoamor fue superior. Finalmente, la aprobación del sufragio femenino se logró con el apoyo de la minoría de derechas, gran parte de los diputados del PSOE –excepto el sector encabezado por Indalecio Prieto– y algunos republicanos.
Enlace a wikipedia
Después de la segunda república , con Franco los españoles y españolas no volvieron a votar en cuarenta años de dictadura

Vaya, un libro, menudo regalo - me dije para mi. Pero el regalo me lo había mandado sor rebelde que se había enterado por nuestras vecinas, de que había una niña que siempre andaba preguntando por ella: - que como era sor rebelde , que como tenía el pelo, que como hablaba … -
A través de nuestras vecinas, sor rebelde conoció  mi pasión por ella.
Era algo asi como esa niña que en clases imita los gestos o las hablas y hasta la forma de vestir o el peinado de otra compañera, a la que considera perfecta y tiene como diosa- Cosas de crias. Aunque yo me había inventado bastantes partes de mi heroína.-
Y entonces sor rebelde me había mandado un regalo, un libro, - ! UN LIBRRRRRRRRRRRO ¡-
Bueno, menos es nada. Lo acabé leyendo y recuerdo que cuando termine pensé . -  Cuando sea mayor voy tener que votar por todas las mujeres que hasta ahora no han podido hacerlo -.
Más adelante me di cuenta de la importancia que había tenido ese regalo, por que a veces, cuando entre nosotros no encontramos soluciones es bueno traer a la memoría otras personas que nos dan ejemplo de lucha y tenacidad, y mientras así lo hagamos no seremos huerfanos de hermanos y hermanas, que hacen de padres y madres y ayudandonos a salir adelante. Por que esas personas forman la cadena humana que nos ayuda a encontrar el camino y sobrevivir en la vida.
Ya era la hora de la merienda, - la batalla aerea , que se veía desde la ventana de la habitación, ya hacía rato que había terminado. a favor de las alondras de los prados - y entró una auxiliar en la habitación.
Me levanté y le dije que yo ya me iba marchar. Y en ese momento noté como algo tiraba de mi ropa. Era la mano de sor rebelde, esa mano fría, blanca, huesuda, que tanto había sentido sin que jamás me hubiera acariciado, que me retenía.
Entonces oí su voz y me dijo :
- ! Ay , marise, no lo querras creer pero estaba soñando que era una anciana y estaba sola y perdida en una residencia ¡ - .


lunes, 13 de febrero de 2012

pepe el mosca - sor rebelde 8

Sor rebelde era hija mayor de una familia adinerada que la metió en un convento para que fuera monja mientras que su hermano heredaba toda la hacienda de la casa.
De monja no duró mucho, por que la alegría salía por ella por sus ojos y por los poros de la piel, y la clausura no era para ella más que una mortaja que no la podía contener.
Pasó varios largos años de noviciado – por presiones de su familia- pero el proceso vocacional se veía que no le llevaba a adquirir los fundamentos para sostener un compromiso, ni para tomar una decisión madura, conducente a tomar los hábitos de monja.
Después de mucha oración en sus paseos y retirada en su habitación, pidiendo a dios que le ayudase a cambiar de vida de novicia a monjita, finalmente fue ayudada a salir del convento.
Al salir, su hermano le cerró la puerta de su casa y tuvo que ir a vivir con una tía suya mayor, que fue la única de su familia que le abrió sus puertas.
Era maestra de la de antes, cuando la palabra germinaba en un pueblo analfabeto qué había sido ayudado a escribir por primera vez la palabra libertad, y la leía en todo su extensión, como si fuera un árbol del que emergen ramas y hojas y flores y frutos. Y se escribía solidaridad que era una tierra ancha y extensa donde cabían todos los campesinos y todos los pueblos de españa, esos pueblos que ahora se desencuentran. Y se leía igualdad por que todos los trabajadores pertenecen a una familia única que vive en todas las partes del mundo.
Y el hombre por la noche, con la luz de las velas y el libro de aprender a leer, le decía a su mujer:
- maría , mira , esta palabra dice : amor

Era antes, cuando la palabra valía para recoger en ella la esperanza y el amor por los demás, por los tuyos,  que se hacían fotos de alma con palabras y en ellas, como en las cartas antiguas, salía todo un cuadro de nuestra españa querida:

! Mama, aquí todos tenemos trabajo. Estamos bien. Deseando veros pronto. Pero no sabemos cuando será ¡

Sor rebelde tuvo un hijo retrasado. Era alto y delgado, con la piel blanca como la nieve; tenía el  pelo  rubio dorado y el color de sus ojos azul como el cielo.
Cuando estuvo en casa de LAS ESPARRAGUESAS, que eran familiares de sor rebelde y vecinas nuestras, los días de sol y los que no llovía, lo bajaban a la calle.
Comenzaba su rutina: echaba a correr calle abajo en dirección al puente del río, frenaba al llegar a el como si hubiera un muro invisible, daba media vuelta y venía disparado hasta llegar al final, calle arriba, donde un viejo roble , hacía como si allí estuviese otro muro invisible, frenaba de repente daba media vuelta y volvía disparado de nuevo en dirección al puente, para repetir la operación. Y así durante todas las tarde, durante todos los días, durante todos los años. Los vecinos se habían acostumbrado a él y le pusieron de nombre pepe el mosca. El mosca era tan pobre que no conocía la pobreza, y su madre decía que dios le había regalado la suficiente inteligencia para ser la persona más feliz del mundo. en esa España ancha, ruin y mezquina de derechas, que le había tocado vivir; para ignorar todas las burlas que le podían hacer por no conocerse su padre.
Pepe el mosca falleció a los treinta años.
Sor rebelde , dijo – yo ya soy un poco mayor y dios se lo ha llevado para cuidarlo en el cielo. Ahora él está allí en cielo... . Le han dado unas alas, como a los ángeles y está volviendo loco a san pedro y a san pablo. Pero todo se lo perdonan, por que dios como lo hizo inocente a ver quien son ellos para  protestar.

lunes, 6 de febrero de 2012

La paz os dejo, mi paz os doy - sor rebelde 7


Fue un día de colegio, uno de estos que por algún motivo nos habían llevado a todas a misa. Ya estaba entrada la misa cuando nos vimos atacadas por una plaga de pulgas.
No es muy claro que las pulgas no fueran de fantasía, por que las veía hasta yo con lo miope que soy. Fuera como fuese las pulgas, unas y otras, pican igual y su picor es tan contagioso que te pica una pulga, aunque sea de fantasía, y acabamos rascándonos todas.
Ya nos habíamos rascado lo suficiente en la misa y como me veía con  todas castigada por el baile de las pulgas.
En ese momento se oía al que oficiaba desde el altar: - Señor Jesucristo que dijiste a tus apóstoles: La paz os dejo, mi paz os doy, no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos ... y tal.
Le dije a la compañera que estaba delante, con voz muy bajita : que nos iban a castigar a todas como no parasemos de rascarnos. Solo fue un murmullo imperceptible.
Y todas respondieron: - Amén-
Entonces una de las monja se acercó a mi lado.
La voz desde lo alto, continuaba inflexible y monocorde: - La paz del Señor esté siempre con vosotros- .
Y en voz bajita me dijo la monja que saliese de misa castigada para el claustro.
-!Cachis¡-. Me dije para mi. La monjita tenía un oído tal que conocía a las niñas por sus murmullos
- Daos fraternalmente la paz – continuaba la misa mientras salía para el claustro.
Allí estaba, sola, en el claustro del colegio. Yo para mi decía: - vaya tontería de castigo, castigarme sin estar en misa - ,
Mientras estaba apoyada en la piedra fría, amarilla, cargada de historia, - era el único abrigo que tenía- dentro de la iglesia se oía cantar a las compañeras :
- Cordero de Dios... Cordero de Dios... Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundooooooooooo, danos la pazzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz.
Y entonces apareció la madre superiora con su vestimenta negra y su cabeza cubierta. Caminaba lentamente, en mi dirección. Lenta, sin prisas.
Era una señora mayor, grave, de mirada humilde. Cuando se acercó a mi, con voz dulce y susurrante me preguntó: -¿ marise, por que te han mandado aquí ?-
Yo traté de mostrarle mi inocencia. Lo leve que era el motivo por el que estaba castigada... balbuceando una historia exculpatoria por la que había sido castigada aquí, sin estar en misa.
La monja me escuchó y cuando terminé de hablar, sus ojos cambiaron y  me sentí abrasada por su mirada. Entonces su voz se tornó ronca y grave, pareciendo como si viniese de unas zarzas ardientes y dijo:  - ! marise, como va ser un castigo no ir a misa ¡-  Después me explicó como veía ella esto: Hoy iba estar castigada todo el día de pie en el claustro, para que me vieran bien todas mis compañeras; la segunda vez, llamarían a mis padres, para decírselo; y la tercera vez me expulsarían tres días del colegio.
- Si madre - respondí bajando la cabeza
Al acabar su voz se volvió otra vez melodiosa y bondadosa.
Ya te tengo visto, marise – me dijo - y por veces me recuerdas a una persona que conocí, pero que me entristeció mucho. Se llamaba sor rebelde y quería ser monja - después añadió - Marise, espero que no te ocurra como a ella. Que dios la castigó apartándola de su lado -.
-Reza mucho, se pía, y pide a Dios que no te pase como le ocurrió a sor rebelde-.
Y así el nombre de sor rebelde se quedó conmigo, mientras la madre continuó su caminata desapareciendo del claustro, y me acompañó durante ese día de castigo, en mi soledad y durante mucho tiempo más.
Cuando estaba castigada, en aquella edad tan difícil y confusa de marise – de aquellas quería ser mayor, misionera y rebelde- cuando estaba expulsada de clases en el claustro... sor rebelde me hacía compañía, con su libro de practicas de instrucción vocacional, invisible, silenciosa y levantaba su cabeza, me dedicaba una mirada, me sonreía y me hacia una mueca burlándose, sanando mi miedo a todas las riñas que podían caerme, y oía su voz, que me decía - marise, esa monja es una bruja y una verduga, No te preocupes que la vida se compone de eso
Finalmente sor rebelde desapareció y yo, un poquito mayor, me quedé conmigo mísma .