Así que entró el sobrinisimo en el recinto, con todos los ases de la partida guardados bajo la manga. Se aclaró la voz regalando a los presentes unos gorjeos. Hincó la rodilla en el suelo con ademanes teatrales - Ya se veía con tanta teatrada que él tenía claro, no el oficio de vaquero sino el beneficio del concurso- , y exigiendonos silencio arrancó a grito pelado, declamando un fragmento del Don Juan Tenorio de Zorrilla
Esas dos líquidas perlas
se desprenden tranquilas
de tus radiantes pupilas
convidándome a beberlas,
evaporarse, a no verlas,
de sí mismas al calor;
y ese encendido color
que en tu semblante no había
¿no es verdad, hermosa mía,
que están respirando amor?
¡Oh! Sí, mi bellísima bestia
espejo y luz de mis ojos;
escuchame sin enojos,
como lo haces, amor es:
mira aquí a tus plantas, pues,
todo el altivo rigor
de este corazón traidor
que rendirse no creía,
adorando, vida mía,
la esclavitud de tu amor.
Y al acabar la poesía, contando que el animal le siguiese, pegó un fuerte berro montes para marcar el final de su poesia.
Eiii vaca Ehhhhhhhhhhhhhh !!! aplicando una sonoridad muda en perfecto castellano.
La vaca, tal como se había urdido con el truco de la paja, se desplazó lo justo, moviendo orejas y el rabo, balanceandose a los lados con el meneo de sus enormes ancas, para morder y arrancar un bocado de yerba de la alpaca y seguir comiendo.
Al ver la distancia salvada por el apetito de la vaca, puesto que el animal hasta ahora no se había movido lo más mínimo, familiares, amigos y demás devotos, arrancaron en un fuerte aplauso
Los que más efusión y contento mostraron fueron los miembros de la familia de la labrada, que al ver el truco de las alpacas usado para que se moviera el animal, captaron la esencia del cuento del burro y la zanahoria. Y cayeron en la cuenta de que hasta ahora no se les había ocurrido poner el carro, cargado de hierba, delante de la vaca para torcer su tozudez.
Yo me quedé absorta, pensando para mi que tendría la poesía de Zorrilla. Recordando tantos recitales que me había tragado, en los que el galán se atrevía a decir a doña Ines que sus poros se abrían respirando mucho mejor, mientras seguía inocentemente el movimiento de las manos en blanco y negro suplicante de los poros de doña Ines. - Claro que mi galán me lo he encontrado en un rastro y lo tengo en el dormitorio , donde me sirve para colgar el sujetador y la camisa y los pantalones plegados durante la noche; mientras yo sueño hasta el amanecer con mi Quasimodo que me lame y me tapa mis poros abiertos -
Durante el momento en que yo estaba absorta mi padre había desaparecido y había entrado dentro del recinto de vaca por que era el último concursante
El publico, que se había quedado estupefacto con el repoker de ases del sobrinisimo, al ver entrar el último concursante: mi padre con la cara y las manos rojas por la tintura de iodo, rompieron a reir de distintos modos; unas, eran las risotadas de los enemigos y otras las risas de los convecinos que acompañaban la entrada con aplausos.
Mi padre no tardó en ponerse delante de la vaca.
Mi padre no tardó en ponerse delante de la vaca.
La vaca agitó una oreja al notar el ruido que se producía con la algarada del publico y se sintió inquieta al ver ese hombre todo pintado de rojo,
Se miran los dos a los ojos, cada uno para ver lo que hacía el otro.
La vaca se pone en guardía al ver los gestos y muecas, que mi padre empezó a realizar frente a ella,
del calentamiento de mi padre, para realizar su declamación.
cuando
Entonces mi padre, que había elegido una poesia del Quijote de Miguel de Cervantes, haciendo muecas y aspavientos, comenzó su recitado:
Se miran los dos a los ojos, cada uno para ver lo que hacía el otro.
La vaca se pone en guardía al ver los gestos y muecas, que mi padre empezó a realizar frente a ella,
del calentamiento de mi padre, para realizar su declamación.
cuando
Entonces mi padre, que había elegido una poesia del Quijote de Miguel de Cervantes, haciendo muecas y aspavientos, comenzó su recitado:
yo no sé si podré afirmar ,
si mi dulce amada gusta o no ,
de que todo el mundo sepa que yo la sirvo;
solo sé decir que su nombre es dulcinea,
su patria el toboso, un lugar de la mancha.
Su calidad por lo menos ha de ser princesa,
pues es reina y señora mia.
Su hermosura sobrehumana,
pues en ella se vienen a hacer verdaderos
todos los imposibles y quiméricos,
atributos de belleza
que los poetas dan a sus damas:
que sus cabellos son oro,
su frente campos elíseos,
sus cejas arcos del cielo,
sus ojos soles, sus mejillas rosas,
sus labios corales, perlas sus dientes,
alabastro su cuello, mármol su pecho,
marfil sus manos, su blancura nieve,
las partes que a la vista humana
encubrió la honestidad son tales,
según yo pienso y entiendo,
que sólo la discreta consideración
puede encarecerlas y no compararlas.
El publico calló, produciendose un tenso silencio, esperando el grito final, tras el recitado de la prosa de don Miguel.
Pero mi padre, que ya es mayor, no estaba para ir berrando al ganado por el monte y se olvidó del consabido grito final que remataba la actuación. Fue entonces cuando el animal, percibiendo la respiración contenida del publico, sintiendose en un inminente peligro, decidió tomar la inicitiva y arremeter contra aquel hombre pintado de rojo y sacarlo en volandas del corral.
La vaca miró para mi padre, todo lleno de tintura, levantó las dos orejas, enderezó el rabo en horizontal, bajó la cabeza, levantó una pierna derecha, como si fuera un perro de caza que señala una perdiz, apuntó la cornamenta y arrancó a correr hacia mi padre con la bravura de tiro del animal.
Mi padre al ver la embestida de la vaca echo a correr por el corral, hasta que consiguió saltar el cercado.
El clamor fue inmediato y mi padre, entre gritos y aplausos, fue aupado a hombros por el publico, que clamaba con entusiasmo la victoría, mientras llovía la ojeriza de la bancada de las autoridades
¿Pero como se había quedado sin premio el sobrinisimo de la concejala?¿Y quien se iba hacer la foto para el periodico, entregando el premio al padre de Marise?
Por que todos habían visto claramente, que si el anterior jugador había participado con un "repoker de ases" bajo la manga, mi padre le había levantado la partida con una escaleras de banderillas a la reina, siendo el ganador del concurso vacuno.
Todo de rojo, los amigos eran abrazarle, empujarle y gastarle bromas.
El clamor fue inmediato y mi padre, entre gritos y aplausos, fue aupado a hombros por el publico, que clamaba con entusiasmo la victoría, mientras llovía la ojeriza de la bancada de las autoridades
¿Pero como se había quedado sin premio el sobrinisimo de la concejala?¿Y quien se iba hacer la foto para el periodico, entregando el premio al padre de Marise?
Por que todos habían visto claramente, que si el anterior jugador había participado con un "repoker de ases" bajo la manga, mi padre le había levantado la partida con una escaleras de banderillas a la reina, siendo el ganador del concurso vacuno.
Todo de rojo, los amigos eran abrazarle, empujarle y gastarle bromas.
Amigos, yo solo soy la mano que escribe de marise ,
no tengo respuesta a las preguntas
Próxima semana
continuara