lunes, 24 de octubre de 2011

En recuerdo Antoñete 3º


Con tanto alboroto y tanta devoción llegaron las autoridades previstas . El público se arremolinó al cerco construido como corralito para la vaca, y las autoridades fueron tomando sus lugares, en unos bancos colocados bajo la sombra de los arboles.
Y así empezó el concurso:
Levantó el pañuelo blanco el juez de paz, lo mantuvo unos segundos en el aire, quedando suspendido asimismo el griterío de los presentes, y acto seguido lo bajo.
Entonces los operarios quitaron un palo atravesado entre dos postes, que hacía de portal del recinto, abriendo paso al primer participante.
El concursante, saludó a las autoridades. Después se dirigió a la vaca y poniéndose frente a ella, empezó a declamar con entusiasmo, sin perder de vista la mirada del animal.

Hablan sus ojos; voy a responderles
que presuntuoso,
como va ser a mi a quien hablan
Dos estrellas, las mas hermosas del cielo
tenían que ausentarse
y han rogado a sus ojos
que brillen en su puesto por ellas
¿y si sus ojos se cambiasen con las estrellas ?
Lucirían tan brillantes en el cielo
que al desaparecer la noche
cantarían la aves como a la luz del día.
¿Y sino fuera ahora de día sino de noche
pues hasta ahora, obscuridad había ?
*Fragmento adaptado de romeo y julieta w.shakespeare. Perdon willy .

Y le pegó un fuerte pero corto berro con el que se ordena al ganado para que se moviera el animal:
- Eiiiiiiiii
vacaaaaaaaaaa eiiiiiiiiiiiiii!!! -

La vaca, que había seguido en todo momento con la mirada al mozo - en la psicología animal estaría el saber si por perplejidad o por incertidumbre -, acompañándole con un constante vaivén a los lados de su mandíbula, le picó una mosca taladradora de esas que abundan con el ganado . Y le concedió la oreja derecha, que fue la sacudió para espantar el díptero.
El publico, frío y distraído, al ver la señal del animal donó un aplauso al primer concursante mientras salía.
Los operarios arrimaron más yerba junto al animal y al acabar entró el siguiente concursante.

Llevaba pantalones vaqueros y una camisa blanca. Después de tomar posición distante empezó aproximarse hacia el animal lentamente - A este se le veía más picardía en esto del ganado - . Y mientras se le acercaba, empezó a recitar acompañandose con gestos y ademanes para que el animal se moviese hacia él:




Te amo con esos ojos verdes rasgados
las pestañas luengas
las cejas delgadas y alzadas
la nariz chata, la boca pequeña
los dientes menudos y blancos
los labios colorados y grozuelos
el torno del rostro
poco mas largo que redondo
el pecho alto,
la redondez y forma de las pequeñas udres
¿ sin verlas quien te la podría figurar ?
*Celestina - Fernando Rojas. Calisto

y atacó el consabido remate de llamada del ganado:

- eiiiiiiiiiiiiiiiiiii vacaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
veeeeeeeeeeeeeeeeiiiiiiiiinnnnnnnnnn !!! -

Pero viendo el concursante a la vaca impasible mientras berraba añadió un decepcionado acentuado final: -oooooooooooooooooooouuuuuuuuuu – oooooooooooooooooooooooooohhhhh!!!!

Sin moverse lo más mínimo y unicamente por la presión ejercida, por sus amistades zumbonas, tuvo la vaca a bien concederle al concursante un rabo, dando un latigazo con el rabo en el anca derecha con la que mato tres moscas del golpe. Siendo la unica sangre derramada hasta el momento.
Premiado con un rabo se marchó el segundo concursante.
Los operarios entraron de nuevo, acercándole más yerba al animal para que siguiera comiendo gustosamente y al acabar :
Dieron paso al tercer concursante. Un guapo mozo de los del pueblo del puerto, con su piel morena, sus brazos fornidos … Se veía a leguas que era un chico muy dulce.
Con mucho desinteres del publico, empezó su recitado, con voz ronca y vibrante,

En los ojos lleva mi dama el amor
por que vuelve hermoso lo que ella mira,
por donde pasa, todo hombre se vuelve a verla,
que es alabado quien primero la ve.
A quien saluda el corazón le tiembla,
huyen delante de él soberbia e ira
y de todos sus defectos allí suspira,
que bajando los ojos, se muere entero.
Toda dulzura, todo pensamiento humilde,
nace en el corazón de quien hablar la siente.
Lo que de ella se ve cuando sonríe un poco,
no puede decirse ni retenerse en la mente,
tan nuevo milagro es y tan hermoso.
Ayudadme, mujeres a rendirle honor.
Dante Alighieri. Divina Comedia - Beatriz. adaptacion wigfredo

Al acabar su recitado,
se arrancó emocionado : vacaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa veiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
 que dejo al publico conmocionado

Como me pasa a mi, cuando me pongo romántica que me dan ganas de comer, la vaca se metió otro bocado de yerba.
  Con el entusiasmo rumiante de sus mandibulas, despues de un instante de expectación del publico, la vaca concedió al participante el movimiento de las dos orejas, con el que advirtió, a la bandada de moscas que se aproximaba por tanta dulzura, del peligro del azote de su rabo. “La vaca avisaba y no era traidora”.

Le acompañaron en la salida al concursante, dos orejas, la bandada de moscas y la ovación del sector femenino, que quedó expectante de saber el nombre del mozo y especialmente de sus señas telefonicas, para consolarle y hasta premiarle al acabar la fiesta.

Mientras mirábamos para los operarios que volvían entrar en el cerco; mi padre, que había dejado a su acompañante, se nos había acercado por detrás nuestras y despues de su llegada se nos acercó Quasimodo, que venía a preguntarle por su accidente y por lo del búho.
Nos saludó primero a nosotras:
- Hola Teles-  se dieron unos besos, de mejilla claro, jejejeje...  grrrrrrrrrrrrrrr,
- Estas tan guapa como siempre – le dijo
Enseguida me dí cuenta por los derroteros que cursaba la actual infidelidad de mi destino y el de Quasimodo

y me dije gritando para mi: - Telessssssssssssss !!!, Telessssssss . No vendrás para estropearme a mi hombre; que eres como la perra del hortelano; que ni comes ni dejas comer. !!! -

Bien veía, yo , como Quasimodo miraba para mi amiga de reojo, mientras hablaba con mi padre.
Después de interesarse por la caída de mi padre en el matorral y la limpieza de los campos, Quasimodo derivó la conversación sobre el búho. No fuera que fuese el ave nocturna la que daba presa a los gatos desaparecidos.
Mi padre le dijo que eso tendría que preguntarle a su amigo Anselmo, que había quedado por entre el gentío de la fiesta, pues era su amigo y otro, el que había visto el animal, poco antes de encontrarle y rescatarle del matorral, Y con esta, Quasimodo se marchó no sin regalar otra mirada con el rabillo del ojo a mi amiga Teles.
Iba tener que tomar cartas inmediatamente.

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