martes, 27 de mayo de 2025

Un mensaje al ayer.

Había una niña llamada Marisé, que en su pueblo tenía fama por ser la niña ... obediente. Un día cuando estaba sentada en el sofá, frente al televisor, viendo su programa favorito, escuchó la voz de su madre, que le decía desde la cocina:

—¡Marisé, ve a la tienda y compra sal!

—¡Sí, mamá! —respondió la niña de inmediato, calzándose sus zapatos de siete segundos con rapidez.

—Y no te entretengas por el camino —advirtió su madre mientras le entregaba el dinero—. La comida no puede esperar.

—Sí, señora —asintió Marisé con determinación, para hacer exactamente lo que le dijeron.

Pero en el camino se encontró con sus amigos que estrenaban un balón nuevo, jugando en la plaza.

—¡Marisé, ven! ¡Dale unas patadas al balón!- le gritó juanito, el niño al que le habían regalado el balón por su cumpleaños y había salido a la calle para estrenarlo con sus amigos.

-—No puedo, mi madre me dijo que no me entretuviese. Está esperando la sal para cocinar.

Pero entonces sus amigos insistieron:

-—Anda, por un minuto... no te va a pasar nada.

Marisé recordó las palabras de su madres, miró en la dirección de la tienda, luego al balón y

se dijo: —Solo será un momento... por un minuto no va pasar nada".

y se puso a jugar, aparcando la prisa de comprar la sal para la comida, a un lado.

Marisé estaba tan entretenida jugando que no se dio cuenta de cómo pasaban los minutos. y lo que pareció un instante se convirtió en media hora, que la dio en punto cuando una voz conocida se escuchó en la plaza.

Su madre salió a buscarla y estaba parada enfrente a los niños que jugaban en la plaza.

—¡Marisé!

le gritó con firmeza, después de haberse quitado una chancla de un pie.

—Te dije que no te entretuvieras. ¡Y mira dónde estás!

Al ver a su madre con mirada de fuego, señalándola con la chancla, la niña, asustada, echó a correr. No iba a perseguirla por el empedrado con un pie descalzo.

Entonces la madre le dijo.

—Mira, Marisé vayámonos para casa, antes de que se enfrié la comida.  Ven que no va a pasar nada.

Entonces Marise regresó junto a su madre, y las dos cogidas de la mano, marcharon de regreso a casa.

—¡Te dije que no te entretuvieras, Marisé!

Gritó su madre al llegar a casa, cruzada de brazos.

—Pero, mamá, pensé que por un minuto no iba a pasar nada…

—¡Pues aquí sí va a pasar algo... Unos buenos azotes! —replicó su madre, agarrándola de la oreja.

Y así, Marisé terminó con las nalgas coloradas por no obedecer a su madre.


¿Por favor. Alguno de los presuntos lectores de este blog tiene idea de como se podría mandar un mensaje al ayer, a esa niña del pasado?



¡Marise, si tu madre te dice - ven, que no va a pasar nada, gira en redondo y sal pitando! ¡No piques, so tonta!



 

 


 

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mvf

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