lunes, 9 de enero de 2012

amistades peligrosas 3


La literatura científica ha escrito mucho sobre los gemelos idénticos, pero siempre dejó sin resolver una cuestión aparentemente sin importancia. Así cuando nacieron los gemelos de la labrada y el medico dijo a su abuela materna :
Medico : - Su hija ha tenido gemelos idénticos.
La abuela respondió: - Que son idénticos ya lo veo,  pero...  ¿ Quien es quien ?.
Para esta historia corría de aquellas el año en que Quasimodo fuera castigado, lo que quedaban de vacaciones de navidad, por haber  dejado en el salón de la casa los calderos de ordeñar las vacas llenos de agua  para que bebieran los dromedarios de los reyes magos en  la noche de reyes.
Un día festivo los gemelos de la labrada, Pedrolo y Carolo, habían salido por la tarde de paseo y acabaron jugando por el puerto. Entre barcas y gaviotas. Soñaban que eran marineros y algún día marchaban con su tio Berto. - el que pescaba con la flota de altura en el Gran Sol.
El día no tendría ninguna importancia, y sería como cualquier otro, sino fuera que a media tarde vieron como llegaba un hombre con su bici y con todo misterio la escondía, próxima al muelle, tapándola con unas lonas. El hombre después se dirigió a la playa. Desató la cuerda de una barca que descansaba en la arena. Se descalzó los pies y tras meter sus calcetines dentro de las botas las guardo, acto seguido,  en el interior  de la barca . Luego empujó la barca al agua y cuando le cubría por la pantorrilla y ya flotaba bien la embarcación , saltó al interior y empezó a remar océano a dentro. Iba a mirar las trampas que tenía puestas para el pulpo.
La curiosidad y trastear en los niños todo es empezar. Así que el hombre con su barca ya estaba bien dentro en el agua,  Pedrolo y Carolo se dirigieron a donde estaba escondida la bicicleta. La destaparon, retirando las lonas que la cubría, y se marcharon entre risas, todo contentos, montados en ella. A lo lejos el marinero, que se había dado cuenta de la jugada de los críos, blandía con las dos manos uno de los remos, como titánica arma de posaderas, mientras blasfemaba.
Ya acabada la tarde y después de muchas vueltas en la bicicleta, los gemelos bajaban a toda velocidad, por la carretera, con su velocipedo y se empotraron en la pared de la panadería del pueblo, haciendo un agujero por el que podía acceder al interior del local, de tal manera que sin quererlo, atravesando la endeble pared , habían burlado las medidas de seguridad del panadero, una puerta acorazada valorada en unos tres mil euros, que había mandado instalar para guardar su negocio.
Algún vecino, alertado por el ruido efectuado por los infantes asaltantes, solicitó de su mujer que le trajese la escopeta para asustarlos o ahuyentarlos. Pero en la creencia de que alguien estaba haciendo reformas ilegales en la vivienda, a pesar del horario nocturno,  nadie tuvo la idea de llamar a la policía.
Finalmente nuestros gemelos, después de atiborrase de pasteles y tarta, que había en la panadería, huyeron de nuevo en la bicicleta dejando más de la mitad de su botín de repostería tirado por los suelos.
Dados a la fuga en la bicicleta, la guardia civil detuvo posteriormente el biciclo al considerar, que tanto él que pedaleaba como el compinche, que iba al volante, conducían demasiado deprisa. 


 buen año a todas & todos

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