Estamos a media semana y se avecina el fin de semana. Y yo, recién salida de la cama, vine a la cocina a desayunar.
Estoy sentada delante de mi tazón de café con leche, cargado con toda la variedad de galletas y pastas que hay en la casa: galletas, magdalenas, sobaos, pan tostado ... Eso si, solo hecho al tazón poquito de cada cosa: dos magdalenas, dos sobados, dos galletas, dos rebanadas de pan integral tostado ... por que el medico me dijo que comiera de todo pero poquito. - Sin azúcar por que estoy a dieta.
Se estaba ahogando el sobao sumergido en la leche y cuando espiraba las últimas burbujas de aire, desde la calle, se escucho un griterio de maullidos de gatos. Mi madre entró apurada en la cocina por el monedero.
¿ Tienes algo de dinero suelto, marise ? - Preguntó mi madre mirando con el dedo dentro del monedero.
La miré mientras con el dedo metido dentro del monedero miraba si encontraba alguna moneda. No le dije nada.
Como vino, salió corriendo para la calle. Fuera sonaba la bocina del coche del pescadero que llamaba a alguna rezagada, o alguna indecisa, si si, o si no compraba hoy pescado.
Esto del destino esta suscitando serias preocupaciones y me tiene algo deprimida: ¿Podría ser que, aunque el destino de marise sea el de quasimodo, el destino de quasimodo no sea el de marise y las aventuras de marise no sean si no una tragedia donde el cruel sino castiga a una desconsolada protagonista?.
Toda una tragedia atlántica de lagrimas, pañuelos y gritos; no como esas tragedias mediterráneas de mujeres como Ifigenia, Antigona, Electra ... si no con mujeres gallegas que pelean con su maridos y con el océano, antes que hacerle la colada a la ropa de sus dioses griegos.
¿Y quien iba a ver a marise llorando?.
Ya imaginaba como iba disfrutar la concejala, patrocinando desde el ayuntamiento obras de teatro escolar, donde los alumnos, dando rienda suelta al lacrimal, con lagrimas, muchas lagrimas, representaban ante el regocijo y la felicidad de sus familiares, una otra y otra vez, el papel de su archiamiga marise llorando desconsolada por los sufrimientos de su cruel destino.
Entró mi madre de nuevo en la cocina y mientras metía en la nevera el pescado que había comprado, me tiró una pregunta:
¿ Marise, vas ir a la fiesta que organiza el ayuntamiento en el merendero del rio para los mayores. ? Hay pulpo y churrasco?
Las lagrimas y el pañuelo:
Que te acuerdas de las perradas que le hizo ayer "la mala" a la protagonista de la telenovela. Lagrimas y pañuelo
Que vas ver la telenovela y hoy no la echan por que hay debate de la nación. Lagrimas y pañuelo
Que piensas en los sufrimientos de la protagonista de la telenovela mientras los políticos hablan indiferentes a los problemas del pueblo. Lagrimas y pañuelo
Que se te quema la comida por andar embobada. Lagrimas y pañuelo
Que ahora no tienes nada en la nevera para salir del paso. Lagrimas, mocos y pañuelo
Que has dejado de llorar y te pasas el pañuelo lleno de mocos para secar los ojos llorosos.
Que te das cuenta, llena de mocos, de lo estúpido que es usar un solo pañuelo para todo. Lagrimas y llanto desconsolado.
Eché más leche al tazón, que se vaciaba. El desayuno ya empezaba a producir efectos positivos.
Pense en la fiesta que se organizaba. Miré para mi madre y respondí: – Igual es buena idea ir a la paparota con papa y tu. Así, de paso, también me aireo un poco yo.
Seguí con mis pensamientos :
¿ Que ropa me iba poner para hoy ?. ¡Ayyyyyyyyyyyyyyy, si tuviera el armario de una de esas diseñadoras de moda ... de mi talla !
Y mientras iban entrando las horas en la mañana, me vi como una famosa modista frente a mi tazón inacabable de desayuno, diseñando ropa y bikinis para las esmirriadas de las modelos, a las que pellizcaba y les tiraba del pellejito de la piel de la barriga, haciendo burla de ellas por que no cabían dentro de mis vestidos.
Fin