martes, 26 de julio de 2011

hogar dulce hogar 11

De regreso al pueblo, Quasimodo se encontró en la carretera a los gemelos de la labrada, que volvían a casa con unos calderos llenos, salpicando por la carretera; y le pareció extraño que fueran con calderos de agua por que viven próximos al rio. Así que paró al lado de ellos y sin bajarse del vehículo, asomando la cabeza por la ventanilla del coche, les preguntó si iban con los calderos llenos de agua a fuenteseca, o si iban confundidos y no sabían si iban o venían del rio con los calderos llenos de agua. Pero al darle al olfato que eso no era el liquido elemento sino gasoil, y mientrás Carolo , uno de los dos gemelos, le explicaba : - que venían de la gasolinera con los calderos de comprar gasoleo, que se habían quedado sin combustible para la calefacción de la granja de los cerdos.- Quasimodo bajó del coche, con la libreta en la mano y la pluma cargada, apresto a disparar sanciones sobre el transporte de mercancía liquida peligrosa y otras sanciones, que recien tenía aprobadas las oposiciones.
¿ Pero donde vais, salvajes ?, que os van confundir con terroristas – dijo Quasimodo – ahora os voy dar unos papeles de colorines -
Los gemelos estupefactos con el colorido de la situación empezaron a decirle a Quasimodo que se fuera callando si no quería que aireasen cuando trabajaba en el coto de caza, quien le hacia las empanadas de conejo que regalaba al alcalde por que quería entrar a trabajar en el ayuntamiento- que no era sino la abuela de gemelos, la matriarca de los de la labrada.- También le recordaron que aún andaban buscando al zorro que se comía las tortillas con patatas y chorizo, hechas con los huevos de las gallinas de mós de la granja de recuperación de razas autóctonas gallegas, amen de los guisos a la pepitoria que dió mucho juego ese animalito … cuando Quasimodo trabajaba en una sustitución temporal en la granja ...El zorro que buscaban por si era también de raza nativa.
Claro que lo que mas dolió a Quasimodo fue cuando le dijeron que le iban a levantar todos los galeritos* que pusiera por la noche en el rio y que se olvidase de las truchas por una buena temporada
* cuerdas con anzuelos que se dejan en el rio para pescar trucha o anguila.
A punto estaban para empezar a platicar agradablemente sobres sus madres que se atinó llegar a un acuerdo que consistía: en vez de negociar los gemelos con el alcalde, que les quitase la sanción, le llevarían a Quasimodo al ayuntamiento una garrafa de aguardiente para quen se la regalase él al alcalde cuando considerase menester…

Antes de marchar Quasimodo dijo a los gemelos que había recibido por el móvil recado del ayuntamiento para que estuviese allí y viese unos cerámicos, haciendo alusión a la cara dura que tenían los gemelos , y que fuesen mirando entre sus amistades quienes tenían de enemigo.


Iban para las dos del mediodía cuando venían los gemelos de la labrada cargados de nubarrones y les pregunte que les pasaba:

Marise: - Ey vacunos va hacer falta un pararrayos que traéis muy mala cara.
Pedrolo: - Calla marise, que venimos de muy mala … que nos hemos encontrado arriba a quasimodo...
- A mi, al oir estas palabras, no se si me saltaba el corazón de alegria o el estomago de contento, sintiendo que ya acababa la espera, por que despues de estar toda la mañana esperando, tenía una langrina * … -
* hambre que marea al estomago
Carolo: - Como pesquemos a quien nos denunció dejando recado en el ayuntamiento para que nos pillase Quasimodo... se va enterar; que a tirar la piedra no seremos los primeros pero los últimos si. ! MIRA QUE ENCIMA LLAMARNOS CERAMICOS ¡.
Un chirrido entró en mi cabeza y ya sabía que Quasimodo no iba aparecer y que todo había salido mal.
- ! MARISEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee ¡¡¡- El grito de mi madre.
Cosas de mi madre que para un día fuera de casa a la hora de la comida le daba por llamar por la ventana a su pedazo de chiquitina; que una no es, ni no es pero esta en sus fueros. Y su voz entró en mi cerebro por que estaba llamándome a grito pelado: a los rios, a las fuentes y a los regatos pequeños, a la tierra donde me crié y a la huerta que quiero tanto …
En ese momento comprendí que no me quedaba más remedio que salir corriendo para casa con mi coleta al viento, por que no había salido nada como esperaba, y que el único lugar seguro es el hogar dulce hogar de una, aunque sea el de su madre, por que no estaba yo ahora para darle una zurra a los gemelos de la labrada.



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