lunes, 8 de agosto de 2011

aguas santas 02

Despues de desayunar me vesti y decidí salir de casa e ir dando un paseo hasta la fuente de aguas santas, para llenar y traer una garrafa de agua medicinal.
El agua de aguas santas, aunque huele a huevos podridos y quienes la toman por primera vez sufren de retortijones y diarreas, está muy reconocida en nuestra comarca y se usa, entre otros mil usos, por su olor caracteristico para los que sufren de flatulencia.
A veces las mujeres se encuentran en la fuente y entre chismes, cuentan la leyenda de que hace cientos de años, cuando había correrias de piratas ingleses que llegaban por mar a nuestra costa, estaban fortificados los vecinos para repeler sus ataques y el jefe del pueblo sospechando que podía haber infiltrados entre ellos mandó ir por unos barriles de agua de aguas santas, reunió a todos los vecinos y les hizo beber un vaso lleno de esa agua medicinal e inmediatamente mandó prender a todos los que habían cogido descomposición. Y con esta y otras historias, cuando cuadramos las mujeres del pueblo en la fuente, pasamos la tarde riendo y tirando sonoras ventosidades, pensando en la cara de rambo mientras siente un viscosito calor por sus piernas.
Bueno, que iba yo en dirección a la fuente toda feliz para llenar mi garrafa de plastico de cinco litros, cuando me paró un vecino y me dijo que habían llevado a mi padre al medico.
Cerré los ojos y pensé lo peor ..
y ya me estaba haciendo lo peor cuando me explicó que andaba con sus amigos haciendo la ruta de los mosquitos de la uva*
* se dicen los bebedores de vino entre ellos, haciendo alusión a la mosca del vino.

que iba él y sus amigos en coche y habían parado en la carretera, en un lugar proximo a la fraga que hay a cinco kilometros del pueblo para a ir ver un prado, y mi padre quedó en el vehiculo en espera de que regresasen. Sus amigos, de regreso depues de ver el prado, como mi padre no estaba esperandoles en el coche creyeron que mi padre pensaría que iban tardar y que había marchado andando hasta la proxima parada de la ruta vitivinicola para esperarles allí.
Llegados en coche al sitio, donde supusieron que estaría mi padre esperandoles, les pareció a sus amigos bastante extraño que no estuviese allí por que habían acordado ir a la feria de o pinto, en orense, para tomar el vino con una buena ración de pulpo o de carne de ternera al caldero y un caldito soplado.*
*Desde que suprimieron la venta de ganado en las ferias muchas perviven aún gracias a esta aficion que tiene el gallego de encontrarse con sus amigos y tomar una ración de pulpo o carne al caldeiro, siendo indispensable para el gallego emigrante pasar por la feria de su lugar antes de volver marchar de nuevo para el extranjero.
y como ese acuerdo eran palabras sagradas que no se cambiaban si no era por razón de fuerzas de causa mayor, extrañados y preocupados, regresaron al mismo sitio donde anteriormente habian estado y quedara mi padre esperandoles dentro del vehiculo.
Al llegar al lugar aparcaron y bajaron del coche y echaron andar para ver si lo veían.
De repente oyeron unlargo uuuu ju, que les llevó la mirada hacia un corpulento castaño, se acercaron hacia allí y vieron un enorme buho de casí unos ochenta centimetros de alto, que les miraba con sus intensos ojos anaranjados y que al verlos acercarse levantó su vuelo internandose en la espesura de los arboles.
Regresando al coche, cruzaron la carretera al otro lado, donde anteriormente habia estado aparcado el vehiculo, y se fijaron en el terraplen que había y desde el fondo oyeron el gemido lastimero de un hombre prisonero en medio de un zarzal y allí descubrieron a mi padre que había aprovechado la parada para bajar a mear, y metiendose entre el coche y la cuneta, para que no le viesen mientras orinaba, cayó terraplen abajo hasta desaparecer metido en medio de las zarzas.
Sus amigos lo sacaron como pudieron y lo llevarón al centro de salud donde quedaba con el equipo de enfermeras que se había reunido para quitarle del cuerpo todas las espinas de la zarzamora.
Mi padre llegó a casa a las cuatro de la tarde acompañado por uno de sus amigos que no se si venía por acompañar al herido, para que reconociese su familia aquel hombre de piel de color roja lleno de mercromina, o para que no le cayese un rapapolvos de ordago.

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