lunes, 28 de noviembre de 2011

los sueños sueños son 8

Ligia, la hermana de Teles, había dejado que su marido se fuese con las niñas a casa para acostarlas y se quedó con nosotras, por que hacía tiempo que no veía a su hermana, ni estábamos las tres juntas. Mis padres, al terminar la fiesta, pudieron quedar un poco más pero marcharon también; tal vez por que mi madre pensó en que sería bueno para mí que quedara a solas con mis amigas para poder hablar de nuestras cosas sin gente mayor.
Aún quedaba rezagada alguna gente sentada en los bancos de la fiesta, pero empezó a refrescar y estos también empezaron a apresurar su marcha y todo el lugar se fue quedando vacío. Solo quedaban los artífices de la verbena, la gente de los puestos que estaban cerrando, los músicos desmontando sus equipos de sonido, el bar de la comisión de la fiesta y con ellos los últimos, los hombres que quedaban en la barra del bar de la comisión de la fiesta que embriagados por el alcohol gritaban entre ellos haciendo bromas, negándose a tener su vaso vacío.
 Al final nos dimos cuenta que paso el tiempo volando y decidimos marcharnos nosotras también.
Montamos en el coche de Teles y después de una pequeña discusión, entre risas, decidimos irnos al bar de la playa por que tiene una terraza a cubierto, por la parte de atrás, y desde ella se ven los pinos, la playa y el océano atlántico, siempre presente en nuestras vidas.
Llegamos. No había luces encendidas a esa hora pero habían dejado las mesas y las sillas sin recoger. 
Nos sentamos sobre las frías sillas metálicas de la terraza, Desde allí podíamos escuchar el ruido de las olas y ver el ir y venir del haz de la luz del faro.
Al cabo de un rato, decidimos caminar por la playa, y mojarnos los pies. Bajamos  por una escalinata hecha con ramas de pino en un terraplén de arena.
En la playa vimos a gente que se calentaban alrededor de una hoguera, que habían hecho con madera recogida en la playa.
Nos conocieron a pesar de la obscuridad y nos llamaron para que nos acercáramos. Acababan de hacer una queimada, después de quemar en una cazuela de barro el aguardiente mezclado con azúcar y granos de café, y nos invitaron a tomar una tacita del liquido caliente. Con un cazo de barro cogimos queimada del interior del recipiente y llenamos unos pequeños vasos de plastico que nos ofrecieron. Cuando lo tuve en mis manos, lo llevé a mis labios y tomé un sorbo de queimada. La note en mi boca y dulzona, y me hizo entrar en calor.   
El calor de la hoguera nos atrapó durante un tiempo, impidiéndonos con su abrigo alejarnos y adentrarnos en el frío, hasta que alguien echó a la hoguera un tronco de madera expulsado por las olas a la playa y como aún conservaba humedad, produjo una gran humareda. Entonces fue el momento que aprovechamos para escapar del fuego; nos despedimos y nos alejamos del grupo con nuestros vasos de Queimada, nuevamente en dirección a la terraza vacía del bar de la playa.
Nos sentamos en las sillas metálicas y nos pusimos a hablar de nuevo, acompañadas de nuestros vasos de queimada. Tal vez por las altas horas de la noche acabamos hablando de los sueños.
Teles empezó contándonos un sueño que tuvo hacia poco.
  De pequeñita - dijo –soñaba que pintaba las ovejas de verde
¿Como. Ovejas verdes ? - preguntamos, sorprendidas.
Si- continuó - durante tiempo soñé que pintaba de verde las ovejas al tio Avelino y que no las encontraba por que se confundían con el verde del campo en primavera.
¡ Jajajajaja!  - nos reímos - ¿Y que pasaba?
Teles continuó contándonos su sueño 
-El tio Avelino quería cogerme para tirarme de las orejas. Pero yo estaba toda manchada de verde y tampoco me podía encontrar.
Al final llegamos a un acuerdo: él me hacia magdalenas y yo le recogía las ovejas.
- ¿Y las magdalenas tenían monedas, como cuando las hacia su madre?- nos reímos con la pregunta.
 -No sé, todo era muy verde y por más que lo intente no di encontrado ninguna oveja para llevarla a su establo.
Después de reírnos un rato, comencé yo
-Seguro que os parecerá una tontería el sueño que os voy a contar –  y empecé :
-Soñé una vez que viajaba en un barco de vela, con las olas del mar y la brisa marina. En la lejanía aparecía otro barco de vela que nos persiguió incansablemente hasta darnos presa. Era un barco pirata, y de entre todos los piratas bucaneros que nos apresaron destacaba un joven de pelo rizo y ojos azules que mostraba su bravura con el torso descubierto. Tenía una sonrisa de oreja a oreja y entendí por sus gestos que era mudo. Al ver que yo le miraba con estupor, el joven pirata se acercó junto a mi y de mi oreja sacó una enorme moneda de oro como la de los arcones de los tesoros. Tan brillante como la luz de sol. La mostró frente a mis ojos para que la viera bien  y después me la regaló. Cuando desperté la estuve buscando un rato pensando que se me había caído y perdido entre las sabanas, pero no la encontré.
Soñé durante mucho tiempo, con poder sacar yo monedas de oro de mi propia oreja. Pero jamas me salió el truco. Con el tiempo llegue a entender la suerte que había tenido, por que si me hubiera salido el truco querría tener las orejas tan grandes como los burros para poder llenarme los bolsillos con monedas de oro.
 
Nos reímos las tres y al terminar las carcajadas nos dimos cuenta que ya era hora de regresar a casa.
 
mvf.


lunes, 21 de noviembre de 2011

un personaje de novela 7

Al cabo de un buen rato, esperando la entrega del premio a mi padre, empecé a preocuparme por el retraso y me carcomieron los pensamientos:
¿Que se les estará ocurriendo?¿ Porque tardaran tanto?
Llegue incluso a preguntarme si se atreverían  a negarle el premio a mi padre.
¿Pero como le iban a negar el premio a mi padre, delante de todo el pueblo?
Antes de que la arenga del palco venciera el musculo del oído de los presentes, los oradores se quedaron sin fuelle. En el palco, con el microfono en la mano, hablaba ahora la concejala, dando despedidas a los que empezaban a bajar del pulpito, hasta que quedó sola.
Se hizo un silencio y por fin se escuchó el nombre de mi padre, al que le rogaban que se acercase y subiese para recoger el premio. y me dije para mi :- ! Papa. Cuanto te quiero ¡ -.
Mi padre ascendió por unas escaleras que lo musicos tenían a uno de los lados del palco para subir.
Con las mangas de su camisa arremangadas, y el cuello desabrochado para lucir bien , la medalla o alzar el trofeo del premio.
Se acercó mi padre a la concejala, mientras ella se cuidaba bien , alejándosele, de conservar las distancias que lo separaban de él . Una voz lo proclamó como ganador del concurso.
...Y el premio concedido es … “ un colchon de matrimonio, donado por la ferretería del señor alcalde... Alcaldeeeeeeeeeeeeee …. “
El publico, mis convecinos, aplaudieron rabiosamente por la enorme distinción del premio. Mientras se veía que el colchon quería ascender al palco, cargado con dificultad por los operarios del ayuntamiento.
Había sido maldad. Solo la maldad, porque ya habían grabado el nombre del ganador, que no era el de mi padre sino el sobrino de la concejala a quien esperaban darselo, si mi padre no superase todas las triquiñuelas con que habían amañado el curso.
No tenían más remedio que reservar la copa para otra ocasión.
 La maldad residía en lo sibilina que había sido la concejala con la elección del premio. De tal manera que con este nuevo premio conseguía que mi padre y hasta nosotras, nos viéramos obligadas a regresar a casa con el premio a cuestas; por que, como dijo mi madre, para acallar mis protestas, con tanta gente en la fiesta, no íbamos a estar paseando con un colchón y una hija casadera
Ya me veía, bajo las miradas de fuego de mi madre, que tendríamos que regresar a casa con el premio a cuestas...
Pero nada mas lejos de lo obvio.
Muy lejos de picar el anzuelo, mi padre le estampó, en señal de agradecimiento, un beso a la concejala en toda la mejilla, que le subió todos los colores - Efecto del rojo de la mercromina sobre fondo azul -. La concejala quedó con cara de estupor , cuando mi padre le soltó que quería donar el premio para el albergue de la iglesia y que antes de llevarlo a su destino lo pusieran en el campo de la fiesta para que los vecinos, pudieran ver el premio
Los operarios, atascados en las escaleras, a mitad del camino de la ascensión del colchón al palco tratando aprovecharon la ocasión para no subirlo, tratando de evitar no caer al suelo, haciendo caso omiso de las miradas avinagradas de la concejala; roja de colera, por la ofensa del color y al ver sus planes desbaratados. Y ahí venían todos, mi padre, los operarios con el colchón, y Quasimodo, abriendo paso a la comitiva. 

Tratamos de meter el colchón entre banco y banco, del puesto del pulpo, como si hubiera miedo de que lo fueran a robar. Finalmente mi padre lo empujo para la parte de fuera y lo dejo tirado en el suelo para que las niñas se sentasen o se tumbasen en el colchón como en una atracción más del campo de la fiesta.
Zanjado el asunto, y mi padre se despidió de los operarios del ayuntamiento, que regresaron contentos a la fiesta con sus familiares, y de Quasimodo que decidió acompañarnos a escasa distancia. Nos dirigimos a las mesas de la carpa del pulpo, para sentarnos y pedir alguna ración para pinchar, especialmente mi padre que se veía agotado y hambriento: “· y en ese momento Marise, aprovechó para demostrar lo que es capaz de dar de si “. En fracciones de segundo, justamente antes de que se sentase Teles, le puse en el banco una de las chinchetas que me había guardado, y al sentir la herida en su trasero, clavada la chincheta en sus reales posaderas, dando un brinco por el dolor se levantó furibunda y al encontrarse a Quasimodo cercana a ella, confundida, le arreo un bofetón en toda la cara.
Quasimodo se puso livido. Dio media vuelta y marchó sin decir nada.
En ese momento supe que se habían acabado todas las posibilidades del hechizo de los ojos de sirena de teles y que el destino rodaba de nuevo por la senda apropiada.
Mientras veía meterse entre las gentes de la fiesta , a Quasimodo con los operarios, me dije : - Pobrecito, si es por nuestro bien -

En el palco se oía que habían dado paso de nuevo a los músicos. Se fue enfriando poco a poco el ambiente según fue evolucionando la paparotada, - comida o cena popular, en Galicia -. Después de comer, las niñas se pusieron a saltar encima del colchon, que estaba sirviendo de improvisada colchoneta de fiestas. Mi padre con sus amigos se reían de ellas.

Quien sabe tal vez alguna de las niñas, de mayor, sea escritora y escriba recordando cuando de pequeñita saltaba encima de un colchón en la fiesta de su pueblo y se acuerde y escriba sobre el colchón de mi padre convirtiendole en un personaje de novela. 
Le hice un guiño a mi madre, mientras miraba como las niñas reía y saltaban sobre el colchon, y acercandome a ella, dándole con mi cabeza a la suya, le dí a entender : - Cada día somos más 
 
Mi madre aprovechó ese momento de complicidad y me dijo :
- ¿Marise, no hubiera sido mejor para las dos, que yo nunca hubiera conocido a tu padre?
Mire para ella y le respondí: - No mama, te habrías perdido las historias venideras.

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lunes, 14 de noviembre de 2011

chinchetas de colorines 6



Empujamos las niñas hacía el concurso de los más pequeños, para los que tenían preparados entre otros juegos:  unas piñatas colgadas de unas cuerdas que había que romper con los ojos vendados y unos globos que había que explotar con unas chinchetas. Las piñatas eran unas bolsas de papel, que al romper dejaban caer chucherías de los niños: caramelos, piruletas, bombones...entre un montón de confeti.
Recogí unas chinchetas de explotar los globos para suministro de las niñas, y me guarde unas pocas en el bolso, que eran chinchetas de colorines. Mientras jugaban las niñas aprovechamos para ir buscar sitio para comer.
Para la cena , “ la paparota” , se había montado una estructura de aluminio que sostenía un enorme toldo. En el espacio interior, que quedaba cubierto por la infraestructura, tenían colocadas una treintena de mesas puestas en hileras, que quedaban distribuidas a lo largo de un pasillo central; a los lados de cada mesa había un banco en el que se podían sentar entre ocho o diez personas. Osea que en total había capacidad para unas quinientas personas a cubierto.
Las mesas, y sus bancos a cada lado, estaban montadas en filas paralelas, de manera que entre las personas sentadas en los bancos de distintas mesas, quedaba un espacio, entre espalda y espalda de unos veinte centímetros que permitía que se pudiera circular entre las personas.  a lo largo de las hileras de las mesas.
Cogimos una mesa completa para nosotras, que entre niños y adultos llegábamos a la docena , - contando a parte con otras personas que venir a sentarse con nosotras para comer -. Arrimados a la esquina de la infraestructura.
Desde allí podíamos ver el palco, con los músicos que llevaban taladrando sus solfas, desde que finalizó el concurso de poesía vacuno.
Cuando ya teníamos elegido el sitio Ligia marchó a buscar a las niñas.
Yo me fijaba en que Teles estaba intranquila mirando para la multitud como si esperase algo o a alguien, y me decía para mi:
- Marise, esta está pendiente de Quasimodo.-
Se hizo un silencio. Los músicos bajaron del palco y subieron las autoridades.
Despues de unas presentaciones, empezaron las intervenciones de los nuevos vocalistas.
- Desde aquí se oían con megafonía, las palabras que nos regalaban desde el palco.
Se dio paso a la principal de las autoridades a quien cortésmente se le pidió que nos dedicase unas pocas palabras.
Nos dedicó un discurso con voz de otorrino:
“…. … hay que hacer un estudio que refleje el buen estado de salud de la existencia de nuestro tejido industrial...  hay que llegar a fomentar la aplicacion de las políticas que alcancen el grado significativo ...  hay que aplicar nuevas medidas que aumenten la mejora de la economía consolidando la tendencia del mercado para lograr el  aumento de la demanda de trabajo   .... hay que reducir el paro  .... para ello hay que reformar el mercado de trabajo  aumentando la jornada,  rebajando los salarios  y abaratando el despido ...   pudiendo llegar asi a mejorar la salud de los indicadores de desempleo … “

Mi mente se va al infinito, cuando oigo esas voces de otorrino. Con esos tiempos verbales que usan de acciones inempezadas o inacabadas. Con esos discursos cargados de palabras habilitadas para cultivar la esperanza de personas inocentes, ingenuas, bondadosas. Personas que ponen ladrillos, o cuidan vacas ,que aran el campo o salen a pescar al océano,  que conducen vehículos, venden pescado o sirven copas...  Personas inabarcables de enumerar escribiendo aquí sus nombre. Personas que ellos y sus familias son el pueblo chico. " El Pueblo con Mayúsculas". Personas que solo quieren pan, trabajo y una racion de pulpo, y escuchan a personas improductivas como los políticos, por que tienen la educación de escuchar al que habla.
Y mientras hablaba desde el palco, el orador levantaba las manos, y las giraba desde la muñeca, invitándonos a entender que con el estábamos a buen recaudo. Aunque aquí, desde lo lejos, también se podía entender que se sacudía el polvo con todos nosotros.
Cuando escucho esas voces de otorrinos se me va la mente al infinito, y desde el infinito, marise toma el mando del gran control del mayor tom, y está pendiente de las sobrinas de teles, de mi madre, de mi padre, de su amigo Anselmo, del marido de ligia ,de la concejala, de Teles y de Quasimodo...


De repente un timbre se escuchó en mi cabeza, como esos timbrazos de clases, que te despertaban de la dormida, señalándote la hora del recreo y con el que todo el mundo recuperaba la consciencia.
- ¡¡¡ La chaqueta de la concejala, esta noche duerme en el océano, que va rio abajo!!! -
Próximo a nosotras se había acercado xil que estaba convidado por mi padre para que comiésemos todos juntos.
Yo me dije para mi: - Que horror. ¿ Y si se compra una chaqueta nueva y ahora no la reconocemos ?.-



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lunes, 7 de noviembre de 2011

más de sirenas 5º

Mi madre, mientras mi padre disfrutaba siendo la estrella del festejo, aprovechó un momento para escapar y buscar a sus amigas que por algún sitio de la fiesta estarían.
Entre tanto festejo, bajo la mirada lejana que todo lo veía y todo lo sabía de la concejala, se nos acercó Ligia , la hermana de Teles, . - Por que ella y su marido no eran de su bando.- Venía acompañada con toda su familia.
Ligia de pequeñita era una preciosidad de niña, con los ojos verdes brillantes como el color de las algas del rio, y el pelo dorado como el resplandor que deja el sol al atardecer. Ligia era menudita; una autentica muñequita que al llegar a su edad trajo a toda la hombruna de la comarca de cabeza y de morros... metidos en rencillas. De todos los hombres, uno, que era el marinero más fuerte y pendenciero, que sobresalía sobre todas las peleas y disputas, quedó finalmente sin rivales ...Bueno, ya se sabe como son las sirenas. Ligia, de un viaje le convirtió en padre de cinco hermosas criaturas. Y su marinero, como el oceano no da sueldo fijo para mantener semejante prolé, tuvo que abandonar la pesca y echar raices en tierra.
Por el día, el hombre de Ligia, durante la mañana trabaja con una furgoneta con la que recorre el pueblo y la comarca vendiendo pescado; - las vecinas dicen que pesa una maldiciòn sobre él , por eso, como anteriormente tenemos hablado del asunto,  corren todos los gatos del pueblo, detrás de su furgoneta, persiguiendole - . Durante la tarde trabaja de albañil y por las noches ... Por las noches, cuando las mareas obligan a esperar a altas horas a que regresen los barcos para comprar el pescado en la lonja; hay quien dice que se le tiene visto a medianoche, con los ojos vidriosos, como sin alma, mirando para la profundidad del océano. Asustándose  quienes le reconocían, al ver a aquel hombre alto, famélico ... que antaño había sido el mejor marinero que hubiera por estas costas, cuando se acordaban de las antiguas leyendas que contaban que las sirenas llamaban a los marineros para que fueran a tierra y no les volvían a dejar nunca regresar al mar buscando su perdición.
Ligía y su compañero, siempre se mostró tibía en materias politicas , por que que como a muchos vecinos, lo de más es tener problemas gratuitos, y se vive en un dejar hacer mientras no te molesten a ti - vive y deja vivir-
Personalmente yo doy la razón a los que obran de esta manera, hasta que la indiferencia termina permitiendo el abuso, los excesos y el despilfarrado, de lo publico por que lo publico es de todos.
Las desavenencias en materia politica de Ligia y su hombre, vinieron a raiz de la prohibición que hizo la concejala al pescantín  de vender con la furgoneta pescado enfrente del ayuntamiento, por que salían las funcionarias a comprarle juntandose con las maestras del colegio publico, en su recreo, y daba muy mal ejemplo. Desde entonces se tenía que poner con la furgoneta por la parte poesterior del ayuntamiento para poder vender el pescado, interrumpiendo el acceso por la puerta de atrás, los dias de visita al alcalde.

Y los dos se habían pasado publicamente al bando de los otros. Con nosotras.

lunes, 31 de octubre de 2011

poker de ases 4º



En un descanso, los operarios del ayuntamiento entraron en el corral y se acercaron a donde estaba para vaca para limpiar la hierba esparciada al su alrededor y con disimulo, mientras que seguía comiendo con la indiferencia que lo había hecho hasta ahora durante el desarrollo del concurso, dejaron a su vista el lado más apetitoso de las alpacas de paja. Cuando se retiraron, por la megafonía instalada en el palco de la fiesta, se anuncío el siguiente concursante. Entraba ahora en el corral, a recitar, el sobrino de la concejala.

Así que entró el sobrinisimo, con todos los ases de la partida guardados bajo la manga, se aclaró la voz regalando a los presentes unos gorjeos. Acto seguido, con ademanes teatreles, hincó la rodilla en el suelo  - Ya se veía con tanta teatrada que él no conocía el oficio de vaquero sino el beneficio del concurso- y cuando se hizo el  silencio arrancó declamando un fragmento del Don Juan Tenorio de Zorrilla,  a grito pelado, para que le escuchasen al otro lado de la orilla.

                                Esas dos líquidas perlas
                                         se desprenden tranquilas
                                         de tus radiantes pupilas
                                         convidándome a beberlas,
                                         evaporarse, a no verlas,
                                          de sí mismas al calor;
                                          y ese encendido color
                                          que en tu semblante no había
                                          ¿no es verdad, hermosa mía,
                                           que están respirando amor?
                                            ¡Oh! Sí, mi bellísima bestia
                                            espejo y luz de mis ojos;
                                            escuchame sin enojos,
                                            como lo haces, amor es:
                                            mira aquí a tus plantas, pues,
                                            todo el altivo rigor
                                            de este corazón traidor
                                            que rendirse no creía,
                                            adorando, vida mía,
                                            la esclavitud de tu amor.



Y al acabar la poesía, para que el animal le siguiese, pegó un fuerte berro montes aplicando en el grito una sonoridad imposible de tranascribir en perfecto castellano.

Eiii vaca Ehhhhhhhhhhhhhhiiiiiii !!! 

Como se había urdido con el truco de la alpaca, la vaca, al oir el grito, moviendo las orejas y balanceandose el rabo a los lados de sus ancas con el meneo de su andar, se desplazó lo justo para acercar sus mandibulas a la comida y arrancar un bocado de yerba de la alpaca para seguir comiendo.

  Al ver la distancia salvada por el apetito de la vaca, los familiares, amigos y demás devotos del sobrino arrancaron en un fuerte aplauso puesto que el animal hasta ahora no se había movido lo más mínimo.
Los que más efusivos y contentos se pusieron fueron los de la familia de la labrada que al ver el truco de las alpacas, que habían usado para que se moviera el animal, captaron la esencia del cuento del burro y la zanahoria. Y cayeron en la cuenta de que hasta ahora no se les había ocurrido poner el carro, cargado de hierba, delante de la vaca para torcer su tozudez.

Yo me quedé absorta, pensando para mi que tendría la poesía de Zorrilla. Recordando tantos recitales que había tragado, en los que el galán se atrevía a decir a doña Ines que sus poros se abrían respirando mucho mejor, mientras que con mi vista seguía inocentemente el movimiento de las manos en blanco y negro, suplicantes de los poros de doña Ines.
 - Claro que mi galán lo he encontrado en un rastro y lo tengo en el dormitorio donde me sirve para colgar la camisa, el sujetador y los pantalones plegados durante la noche; y me hace compañía mientras sueño con mi amado amante lamiendo y tapando mis poros abiertos, hasta el sudoroso amanacer.
 
 Durante esta distracción mi padre desapareció de mi lado y había entrado dentro del recinto de vaca por que era el último concursante

El publico que estaba distraido después del exito de la actuación del sobrinisimo, no prestaron mucha atención a la entrada del último concursante, pero cuando reconocieron a mi padre , que se había puesto delante de la vaca, con la cara y las manos rojas por la tintura de iodo, de las curas de sus heridas recibidas en la caida sobre las zarzas,  rompieron a reir de distintos modos: unas, eran las risotadas de los enemigos y otras las risas de los convecinos que acompañaban su valentía con aplausos.


La vaca agitó una oreja al notar en ella el ruido procedente de la algarada del publico y al ver frente a ella a un hombre con tintura de yodo, se sintió inquieta. 
Los dos se miraron a los ojos; cada uno para ver lo que hacía el otro.
Entonces, cuando hubo un momento de confianza, mi padre, que había elegido una poesia del Quijote de Miguel de Cervantes,  comenzó su recitado, haciendo muecas y aspavientos, como habían hecho todos los anteriores concursantes


                                    yo no sé si podré afirmar ,
                                    si mi dulce amada gusta o no ,
                                   de que todo el mundo sepa que yo la sirvo;
                                    solo sé decir que su nombre es dulcinea,
                                    su patria el toboso, un lugar de la mancha.
                                    Su calidad por lo menos ha de ser princesa,
                                     pues es reina y señora mia.
                                     Su hermosura sobrehumana,
                                     pues en ella se vienen a hacer verdaderos
                                     todos los imposibles y quiméricos,
                                     atributos de belleza
                                    que los poetas dan a sus damas:
                                    que sus cabellos son oro,
                                     su frente campos elíseos,
                                     sus cejas arcos del cielo,
                                     sus ojos soles, sus mejillas rosas,
                                     sus labios corales, perlas sus dientes,
                                     alabastro su cuello, mármol su pecho,
                                     marfil sus manos, su blancura nieve,
                                    las partes que a la vista humana
                                    encubrió la honestidad son tales,
                                     según yo pienso y entiendo,
                                     que sólo la discreta consideración
                                     puede encarecerlas y no compararlas.


Al terminar, el publico que hasta ahora había estado escuchando,  esperando el grito final tras el recitado de la prosa de don Miguel, calló dando lugar a un tenso silencio.
Pero mi padre, que ya es mayor y no estaba para ir berrando al ganado por el monte, se había olvidado del consabido grito final que remataba la actuación.
 La vaca se había puesto en guardía al ver los gestos y muecas, que mi padre realizó frente a ella, durante su recitado, pero tan pronto notó la respiración contenida del publico, sintió un creciente e inminente peligro, y antes de esperar a ver que ocurría decidió tomar la inicitiva. Miró para mi padre, enderezó el rabo en horizontal, levantó las orejas, rasgó el suelo con la pierna derecha, bajó la cabeza apuntando con su escasa cornamenta, como si fuera un mastín de presa que señalaba con su mirada certera el encuentro de un jabalí, arrancó a andar con la bravura de tiro del animal para arremeter contra el hombre pintado de yodo que tenía frente a ella y sacarlo en empujones del corral.
 
Mi padre al ver que se le echaba encima la vaca a puró de salir del corral, saltando con una inusitada agilidad el vayado con el que se había construido el recinto.
El clamor fue inmediato y al ver la corrida y el salto del vayado, los que estaban próximos a él y que lo recogieron en el exterior del recinto, apesar de la ojeriza de la bancada de las autoridades,  le auparon a hombros clamando con entusiasmo la victoría para el ganador, entre gritos y aplausos del  publico.
  
¿Pero como se había quedado sin premio el sobrinisimo de la concejala?¿Y quien se iba a atrever hacerse la foto para el periodico, entregando el premio al padre de Marise?




Amigos, yo solo soy la mano que escribe de marise ,
no tengo respuestas a las preguntas que tengais.

Próxima semana
continuara



lunes, 24 de octubre de 2011

En recuerdo Antoñete 3º


Con tanto alboroto y tanta devoción llegaron las autoridades previstas . El público se arremolinó al cerco construido como corralito para la vaca, y las autoridades fueron tomando sus lugares, en unos bancos colocados bajo la sombra de los arboles.
Y así empezó el concurso:
Levantó el pañuelo blanco el juez de paz, lo mantuvo unos segundos en el aire, quedando suspendido asimismo el griterío de los presentes, y acto seguido lo bajo.
Entonces los operarios quitaron un palo atravesado entre dos postes, que hacía de portal del recinto, abriendo paso al primer participante.
El concursante, saludó a las autoridades. Después se dirigió a la vaca y poniéndose frente a ella, empezó a declamar con entusiasmo, sin perder de vista la mirada del animal.

Hablan sus ojos; voy a responderles
que presuntuoso,
como va ser a mi a quien hablan
Dos estrellas, las mas hermosas del cielo
tenían que ausentarse
y han rogado a sus ojos
que brillen en su puesto por ellas
¿y si sus ojos se cambiasen con las estrellas ?
Lucirían tan brillantes en el cielo
que al desaparecer la noche
cantarían la aves como a la luz del día.
¿Y sino fuera ahora de día sino de noche
pues hasta ahora, obscuridad había ?
*Fragmento adaptado de romeo y julieta w.shakespeare. Perdon willy .

Y le pegó un fuerte pero corto berro con el que se ordena al ganado para que se moviera el animal:
- Eiiiiiiiii
vacaaaaaaaaaa eiiiiiiiiiiiiii!!! -

La vaca, que había seguido en todo momento con la mirada al mozo - en la psicología animal estaría el saber si por perplejidad o por incertidumbre -, acompañándole con un constante vaivén a los lados de su mandíbula, le picó una mosca taladradora de esas que abundan con el ganado . Y le concedió la oreja derecha, que fue la sacudió para espantar el díptero.
El publico, frío y distraído, al ver la señal del animal donó un aplauso al primer concursante mientras salía.
Los operarios arrimaron más yerba junto al animal y al acabar entró el siguiente concursante.

Llevaba pantalones vaqueros y una camisa blanca. Después de tomar posición distante empezó aproximarse hacia el animal lentamente - A este se le veía más picardía en esto del ganado - . Y mientras se le acercaba, empezó a recitar acompañandose con gestos y ademanes para que el animal se moviese hacia él:




Te amo con esos ojos verdes rasgados
las pestañas luengas
las cejas delgadas y alzadas
la nariz chata, la boca pequeña
los dientes menudos y blancos
los labios colorados y grozuelos
el torno del rostro
poco mas largo que redondo
el pecho alto,
la redondez y forma de las pequeñas udres
¿ sin verlas quien te la podría figurar ?
*Celestina - Fernando Rojas. Calisto

y atacó el consabido remate de llamada del ganado:

- eiiiiiiiiiiiiiiiiiii vacaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
veeeeeeeeeeeeeeeeiiiiiiiiinnnnnnnnnn !!! -

Pero viendo el concursante a la vaca impasible mientras berraba añadió un decepcionado acentuado final: -oooooooooooooooooooouuuuuuuuuu – oooooooooooooooooooooooooohhhhh!!!!

Sin moverse lo más mínimo y unicamente por la presión ejercida, por sus amistades zumbonas, tuvo la vaca a bien concederle al concursante un rabo, dando un latigazo con el rabo en el anca derecha con la que mato tres moscas del golpe. Siendo la unica sangre derramada hasta el momento.
Premiado con un rabo se marchó el segundo concursante.
Los operarios entraron de nuevo, acercándole más yerba al animal para que siguiera comiendo gustosamente y al acabar :
Dieron paso al tercer concursante. Un guapo mozo de los del pueblo del puerto, con su piel morena, sus brazos fornidos … Se veía a leguas que era un chico muy dulce.
Con mucho desinteres del publico, empezó su recitado, con voz ronca y vibrante,

En los ojos lleva mi dama el amor
por que vuelve hermoso lo que ella mira,
por donde pasa, todo hombre se vuelve a verla,
que es alabado quien primero la ve.
A quien saluda el corazón le tiembla,
huyen delante de él soberbia e ira
y de todos sus defectos allí suspira,
que bajando los ojos, se muere entero.
Toda dulzura, todo pensamiento humilde,
nace en el corazón de quien hablar la siente.
Lo que de ella se ve cuando sonríe un poco,
no puede decirse ni retenerse en la mente,
tan nuevo milagro es y tan hermoso.
Ayudadme, mujeres a rendirle honor.
Dante Alighieri. Divina Comedia - Beatriz. adaptacion wigfredo

Al acabar su recitado,
se arrancó emocionado : vacaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa veiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
 que dejo al publico conmocionado

Como me pasa a mi, cuando me pongo romántica que me dan ganas de comer, la vaca se metió otro bocado de yerba.
  Con el entusiasmo rumiante de sus mandibulas, despues de un instante de expectación del publico, la vaca concedió al participante el movimiento de las dos orejas, con el que advirtió, a la bandada de moscas que se aproximaba por tanta dulzura, del peligro del azote de su rabo. “La vaca avisaba y no era traidora”.

Le acompañaron en la salida al concursante, dos orejas, la bandada de moscas y la ovación del sector femenino, que quedó expectante de saber el nombre del mozo y especialmente de sus señas telefonicas, para consolarle y hasta premiarle al acabar la fiesta.

Mientras mirábamos para los operarios que volvían entrar en el cerco; mi padre, que había dejado a su acompañante, se nos había acercado por detrás nuestras y despues de su llegada se nos acercó Quasimodo, que venía a preguntarle por su accidente y por lo del búho.
Nos saludó primero a nosotras:
- Hola Teles-  se dieron unos besos, de mejilla claro, jejejeje...  grrrrrrrrrrrrrrr,
- Estas tan guapa como siempre – le dijo
Enseguida me dí cuenta por los derroteros que cursaba la actual infidelidad de mi destino y el de Quasimodo

y me dije gritando para mi: - Telessssssssssssss !!!, Telessssssss . No vendrás para estropearme a mi hombre; que eres como la perra del hortelano; que ni comes ni dejas comer. !!! -

Bien veía, yo , como Quasimodo miraba para mi amiga de reojo, mientras hablaba con mi padre.
Después de interesarse por la caída de mi padre en el matorral y la limpieza de los campos, Quasimodo derivó la conversación sobre el búho. No fuera que fuese el ave nocturna la que daba presa a los gatos desaparecidos.
Mi padre le dijo que eso tendría que preguntarle a su amigo Anselmo, que había quedado por entre el gentío de la fiesta, pues era su amigo y otro, el que había visto el animal, poco antes de encontrarle y rescatarle del matorral, Y con esta, Quasimodo se marchó no sin regalar otra mirada con el rabillo del ojo a mi amiga Teles.
Iba tener que tomar cartas inmediatamente.

lunes, 17 de octubre de 2011

concurso de la vaca - fanfarria - 2º

En muchos lugares se aprovechan los políticos de la fiesta de sus pueblos para hacerse los importantes y darse ellos por homenajeados y ser conocidos a cuenta de que se declaren costumbres populares como fiestas de interés turístico. Al final la fiesta se llena de guiris con cámaras fotográficas;  que nos vienen a ver como si fuéramos etnográficas. Y de desinhibirse todos los vecinos en una fiesta tradicional, pasa el pueblo a convertirse en la gran teatrada. - Ay... mira como viste el alcalde con el traje tradicional de cacique y el bastoncito de mando.  !!! - .
  Lo único que disculpo es que,  de tanta gente que viene, haya que nombrar un lugar para que la gente llegue sin perderse. Por que para  perderse se pierde cualquiera que venga a la fiesta del pueblo con nuestras costumbres gastronómicas,  sardiñada, churrascada , mejillonada , paella …  y tacita de vino. La tacita de vino que nunca este vacia !!!. Asi se han perdido aqui, alemanas, italinas, francesas, suecas ...  y con lo bien que salen ellas en la foto, todas rubitas, con su piel blanquita y  la manchita de tinto en la camiseta.  ¿ Que alguna sobrevive?.  NON PLUS ULTRA Se hace una queimada para finalizar el acto cultural . 
¿ Y que piensa el pueblo ?. Nosotras, antes que salir en las fotos de unos guiris, preferimos el anonimato y la tranquilidad , que para estas cosas somos muy discretas, . Asi puedes contar de primera mano - sin que se escandalicen ni se desmayen tus amistades las barbibybis -, que mientras celebraban la fiesta en tu pueblo se produjo un incendio en la barbacoa de mi padre, y para lucirse ante las autoridades locales y políticas, vino el hidroavión del servicio antincendios descargándonos encima la panza llena de agua del avión para que se apagase el fuego de la barbacoa. Pero que yo y mi familia no estábamos allí; que estábamos toda la familia en la playa con banderita azul que tenemos en el ayuntamiento. - Imposible de contar con toda la familia, colgados en video en you tube, por un guiri que nos grabó "en momento etnografico" - .
A lo lejos mi padre nos saludó con la mano. No tenía pérdida esa cabeza roja, con su mano roja, entre tanta gente conocida,  pero mi madre miró para otro lado, haciendo como si no le viese, y nos metió por el medio de la multitud.
La vaca la habían traído a primera hora de la mañana para el concurso y la habían metido en un cercado de madera hecho para que no molestase la gente que deambulaba por la fiestas, por que el animal no representaba ningún peligro, que pastaba comiendo de unas balas de paja que le habían puesto, como una vaca en un pajar,
Nos encontramos con las amigas de mi madre y empezaron a bromear cotilleando que con la vaca rubia de los de la labrada igual había risas, porque el animal terqueaba que no había burra ni burro que le ganase, pero que reír no nos íbamos reír igual que con un burro, que siempre podíamos encontrarle algún ascendiente en el ayuntamiento.
Sonaban gaiteros y charangas y como ya pasaba bien de media tarde, se esperaba la inminente llegada de las autoridades político locales de la capital . Que venían con el copago - nosotros les invitabamos a la comida en un lugar preferente y ellos vienen y cobran dieta completa -  
Y para aprovechar la llegada de los jefes y que se les viese : allí estaban luciéndose  el secretario y el aparejador del ayuntamiento. Mientras los operarios del ayuntamiento tiraban de la vaca para moverla de aquí para acá, el aparejador  iba  midiendo las distancias con una cinta métrica, señalando cada metro en el suelo, y el secretario, como si levantase acta,  le iba hincando unos palos en los sitios que señalba. Así las distancias quedaban bien visible y se podía calcular a ojimetro por el publico lo que pudiese haber andado el animal en los diez minutos para la prueba, que tenía cada concursante en su turno.
La vaca se prestaba con docilidad a la pantomima, sintiéndose agasajada por la atención y cuidado que le prestaba tanto funcionario local, que aún no nos tratan así a los vecinos cuando vamos al ayuntamiento.
  Yo no sé por que los actos taurinos los tiene que presidir un comisario. Debe ser para que la autoridad vea en sitio fehacientemente que si el torero aparece " pinchado "  fue por una buena cornada del animal y no por culpa del banderillero y un problema de faldas. 
 No teníamos comisario, así que los tercios, los avisos y los premios, se acordó que los diera el juez de paz con un pañuelo blanco para que no hubiera violencia.
Se acordó  también que se atendieran por parte del publico las señales que diera el animal, pues la vaca rubia mientras rumiaba la yerba, con el constante vaivén a los lados de sus mandíbulas, mostraba señales moviendo orejas y rabo, para asustar las moscas banderilleras que se acercaban por su presencia y por el oro vacuno, que depositaba según sus necesidades, con el que se abona enriqueciendo los prados. Y con las señales de la vaca, así se fuera aplaudiendo o más aplaudiendo, según los concursantes fueran participando, hasta llegar el momento álgido con el recitado del sobrino de la concejala.
Por que estaba todo previsto, incluido el nombre del sobrino de la concejala grabado en el trofeo,  y para que una insigne figura publica provincial y destacada persona del partido, entregase el premio al ganador.

un saludo y mi admiración a los que hasta ahora me seguis leyendo
gracias :)