lunes, 1 de agosto de 2022

¿Y don Aurelio?

 Todos los días aparecen cosas nuevas y todos los días desaparecen otras.

-¡Hola, soy la nueva profesora de lengua castellana!

-¿Y don Aurelio?

Don Aurelio se había ido para un instituto en Salvatierra, porque cuando nadie lo esperaba se había enamorado, casado y pedido traslado para irse a Salvatierra, donde daba clases su reciente esposa y todo ello fue de repente.

Y ENTONCES EMPEZAMOS A DESCUBRIR LAS DIFERENCIAS

Don Aurelio echaba la siesta en clases; doña laura no pegaba ojo.

Don Aurelio tenía voz ronca y grave y estaba de nuestra parte. Y con frecuencia se le oía decir - "es que yo no entiendo a esos profesores que no aprueban a nadie, si les pagan por enseñar deberían preguntarle porque suspenden la mayoría de sus alumnos"

Doña Laura tenía una voz aguda y chillona con la que nos azuzaba desde el comienzo hasta el final de su clase. Y nos descontaba tantos puntos que para aprobar habría que recurrir a las notas sacadas en los exámenes de otras asignaturas.

- Marise con este punto que te voy a restar, vas tener que recurrir a las notas del examen de lengua gallega, si quieres aprobar mi asignatura, y aún así la nota del examen de castellano te va quedar en un tres.

A don Aurelio lo recibíamos con el libro encima del pupitre de madera y así que tomaba posesión de su atalaya nos mandaba abrir el libro por la pagina en la que habíamos quedado en la anterior clase, para continuar su lectura, y entonces decía: fulanito empieza a leer desde el segundo párrafo y fulanito, después de aclarar su voz, empezaba a leer en voz alta navegando sobre los bisbiseos que acompañaban su lectura.


Doña Laura se hacía oír con sus gritos sobre el griterío de indiferencia que trajo a su clase y nos mandaba libros para leer en casa que teníamos que comentar en el aula.

- Para la próxima semana leéis el libro de Armando Palacios Valdes: La hermana San sulpicio.

- Marise, te toca a ti hacer un resumen de la novela de esta semana y un pequeño comentario. 

Resumen de la novela

 Ceferino Sanjurjo, hizo su carrera de medicina en Santiago de Compostela y al terminar sus estudios se fue a Madrid a darse la vidorra con la pasta de su padre, que era el farmacéutico de Viana do Bolo; de tal suerte y tantas fiestas que terminó enfermando del estomago y para curarse, nada mejor que irse a tomar unas aguas al balneario de Marmolejo, en Sierra Morena. Alli conoce a una monjita que se llama Gloria y se enamora de ella. Y de Marmolejo sigue a la monjinta hasta Sevilla, donde la trama nos desvela que la monjita no quería ser monjita sino que quería ser sevillana casadera ... y al final de la novela la familia le concede la mano de Gloria a Ceferino, para que puedan casarse antes de que renueve sus votos. 

Comentario de la novela 

El problema de las historias no es que sean rocambolescas sino que sean creíbles.

 En la novela podemos entender o no el tipo de vida de Ceferino Sanjurjo ¿Pero siendo de Orense por que no va a reponer su salud estomacal al balneario de Baños de Molgas, a Caldas del rey o a Mondariz?.  Por que estamos hablando que su padre era farmacéutico de Viana do Bolo y no farmacéutico en Vigo. 

¿ De donde salía el dinero para vivir en Madrid el principal personaje de la novela? porque a mi me pega que los vecinos de Viana do Bolo pagaban más con gallinas y huevos que con billetes colorados.

En cuanto al personaje femenino a mi no me la pegan, porque eso de que una sevillana se casé con un gallego no cuadra, aunque lo disimule el autor, es que Gloria se casa como sea, antes que renovar los votos de monjita. Y eso esta claro porque lo importante en la vida no es ser sevillana sino evitar acabar siendo monja y quedarte para vestir santos. A pesar de que tengas que abandonar Sevilla para irte a vivir a Viana do Bolo.

Doña Laura, tuvo la suerte de salir de la universidad y el mismo año que obtuvo el titulo de magisterio, venir a ocupar la plaza vacante de don Aurelio. Era una joven que los primeros días de clases cayó bien a todo el mundo; pero pasadas unas semanas empezó a pensar que nos reíamos de ella a sus espaldas y relacionó nuestra difícil edad como adolescentes con que nos comportábamos mal en clases para acosarla.

Doña Laura quería que sus alumnas le llamasen Lauriña y por más que lo pidió nuestra venganza fue llamarla Doña Laura.

 

mvf.