La zarza
apareció por su huerta, para recoger unas lechugas, y al oir los
balidos vió que a la cabra, subida al techo del
tractor que estaba en el camino, y a los perros que le ladraban desde abajo; y creyendo que estaban atacando a la cabra, regreso corriendo a casa y llamó por telefono a la campanera para decirle que dos perros asilvestrados trataban de
comerse a su cabra y
que esta se había encaramado al capó de un tractor, que estaba en
el campo, para salvarse del ataque de los perros.
No
tardó en aparecer la campanera en el lugar; venía por la carretera,
apurada, en zapatillas y en ropa de estar en casa, con un mandilon
por encima. Y un bastón de madera, lleno
de nudos, que terminaba en un cepellón del tamaño del puño de un
hombre, para repeler el ataque; no sabemos si el bastón tenía nombre propio, como
midehuesos, o tientalomos, pero aún sin nombre y
aunque el resultado de su uso pudiera depender de la habilidad,
fuerza y suerte del que lo llevase a la lid; el bastón con su sola
presencia era capaz de poner emergencia para aclarar, discernir,
discurrir, debatir ... cualquier dificultad que existiese. Damos por hecho que era veterano en más de un asunto de la casa de la
campanera, y el salvar a la cabra del ataque de dos perros
asilvestrados, era un buen motivo para su aparición. Cuando llegó,
los dos perros ya se habían marchado, por que al hacerseles la hora
cada uno se fue para acompañar a su ganado de regreso a sus casas, y
el único contratiempo que tuvo que resolver la campanera fue bajar a
su cabra de encima del tractor, pues no quería bajar de su posición
privilegiada desde la que miraba a todo el mundo por encima de sus
cabezas. Finalmente la cabra bajó de su podío y la campanera le ató
una cuerda y marchó con ella para casa.
Iban de regreso por la
carretera: la cabra balando de su aventura y la campanera agitando,
cada cinco pasos, el bastón en el aire, mostrando lo que le habría
hecho a los dos perros si los hubiera pillado; o tal vez fuera, que
protestaba el bastón por haber salido de casa para nada.
No
se sabe por quien fue, que la campanera se enteró de que los dos
perros habían sido melquiades y su hermano, pastor; tan pronto se
enteró de la autoría, se dirigió a casa del herrero para dar queja
del ataque que había sufrido su cabra por melquiades y después de
despotricar todo lo que quiso, se dirigió a casa de los de la
labrada para soltar la bilis que le quedaba sobre pastor. En las dos
casas se le atendieron con respeto y benevolencia sus quejas, en
memoría de los difuntos.
Como
no quedó conforme, la campanera denunció a melquiades y pastor, al
juez de paz, para que condenase a los amos a internarlos en una
clinica para animales, por acoso a su cabra.
Melquiades,
tenía a su favor, el haber encontrado a una anciana del pueblo, que
había pasado una noche durmiendo a la intemperie al extraviarse de
regreso a su casa, y que precisamente era hermana de la madre de
mejor abogado del
pueblo y enterandose de este asunto se personó en casa del herrero para devolverle el favor.
El
abogado le dió la vuelta a la tortilla planteando la cosa desde otra
perspectiva: dijo que los perros, eran buenos cuidadores de sus
respectivos rebaños, y lejos de estar acosando a la cabra estaban
afeando a la cabra su mala conducta, después de verla subida encima
del tractor, pues esta, a espaldas de su ama, invadía la huertas de
los vecinos para comer uvas y fruta fermentada en el suelo, que había
caido de los árboles, por sus efectos poco favorables. El juez de
paz acordó librar
a los perros de ir a una clinica para animales, pero aprovechando la
ocasión de poder
disminuir el alboroto
nocturno que producían los perros en la noche de Luna llena, y para contentar a las dos partes, también decidió
que melquiades
y pastor, no podrían
estar sueltos a la vez; así una semana los dias con r estaría atado
uno, mientras el otro, esos mismo dias estaría libre para pasear;
los dias con s de la semana, sería al reves; y la semana venidera
estaría preso los dias con r el que había estado libre, la semana
anterior.
Melquiades
recordaba como ladraba a la Luna con su hermano y como por culpa de
la campanera no volverían a pasear juntos por la noche. Este es el
motivo de la inquina de melquiades hacia la campanera y por lo que
decidió buscar una ayuda que quitara al zorro del apuro en que se
encontraba y vengarse así de ella.
mvf.