En
el pueblo Llevaban varios dias las cosas tranquilas. Los únicos
visitantes que habiamos tenido eran unos estirados que decían que
venían de madrid y que trabajaban en el laboratorio cientifico de la policia
nacional o algo así. Y que no pararon de hacer preguntas sobre el robo de los motores de la planeadora, ... Solo sacaron en claro que los aparejos rotos que aparecían
en la lancha planeadora eran para la pesca del congrio, pero aunque se empecinaron en ello
tratando de relacionar los aparejos con la desaparición de aproximadamente dos metros del tubo de ventilación del
local, que tuvieron que desmontar con gran difiultad los asaltantes, y el robo de los motores de la planeadora; no lograron descubrir que mensaje querían dejar y que significaba eso para las bandas del contrabando que operaban en el lugar.
Al
final se marcharon no sin regalarnos unos recuerdos que por un tiempo
agitaron nuestra imaginación llenandonos de fantasías.
Así
por ejemplo Xil de los cañones del rio de la ribera
se
veía recogiendo una semilla del suelo y diciendo que esa era la
pepita de una uva , y además que la uva era blanca y además que por
el tamaño era uva de toledo y que había sido traida aquí en un
trailer …
Quasimodo
se apuntó a un curso de bandas latinas, a nosotros nos extrañaba
mucho esa afición de repente por las bandas de musica, porque lo
único que sabía hacer quasimodo al bailar era pisar los pies. - lo
hacía hasta sin querer y siempre se estaba disculpando; daba tanta
pena que supongo que por eso nadie quería bailar con él - . Más
tarde se aclararía que no se refería a eso lo de las bandas
latinas.
La
abuela de los de la labrada que siempre se olvidaba de todo, pensó
que si estuviesen los de la policía científica podría pedirles que
le encontrase aquellas gafas que había perdido y que habían sido
sus primeras gafas con las que había dicho que si a su marido, el
abuelo de los de la labrada, y que siempre que las ponía le hacían
ver las cosas diferentes por muy aciagas que fuesen. Pero después
pensó que si alguien se daba cuenta de lo que habían cambiado las
medidas de una finca que tenía cerca del rio, podían ser ellos y se olvidó de todo.
Y
hasta yo, cuando se marcharon los de la policía científica,
recuperé un novela vieja de agatha cristie para ser la reina de las
pesquisas y por un cabo roto enterarme de todo lo ocurrido.
Arcadia
era como la mama de madres and de padres, de aquella banda
californíana, pero su pelo largo era negro y tenía más rizos, y
sus pechos eran más generosos. Cuando tocaba el organo de la
iglesia, en una boda o en una misa por un difunto rico como don
Sebastían el cacique, que con sus noventa y seis años no paraba de
protestar: – ¡ Que yo no me quiero morir ! - *
En las misas de difuntos siempre cobraba , porque era de mal gusto tocar gratis en las
misas por difuntos. La
voz de Arcadia se elevaba por las alturas mientras el sonido del
organo, como subiendo por unas escaleras al cielo la trataba de
alcanzar.
Los
que iban a misa cuando la oian quedaban boquiabiertos escuchandola
hasta que decian: - ya está, ya la alcanzó - , y en ese momento que
parecía que los dos, musica y voz iban ir al mismo ritmo - el cura
levantaba las manos y continuaba con la misa -