lunes, 29 de octubre de 2012

La abuela de los de la labrada 3




Con el cambio de la hora hay mucha gente que no se da aclarado, y pasa unos días si la aguja de las horas del reloj para aquí o la aguja allí; otras no le dan ninguna importancia, o ni se enteran,  hasta que llega el día después y alguien les dice  : - ¿ Marise como te levantas a las siete de la mañana ? .
O bien : - Ya sale tu padre tomar unos vinos con los amigos, ya veras cuando no encuentre a nadie y  se entere que son las tres de la tarde - .
Yo no entiendo porque tienen que andar cambiando la hora, para que después la gente ande los días siguientes descolocada, o malhumorada.

La noche del cambio de hora la compartí con el reloj de la habitación de mis padres, con su cordial y sincero y odioso ... tas, tas, tas ...tas, tas, tas .... tas, tas, tas ...* ya le llamó el yunque del platero.
El reloj se lo regalaron a mi madre. el día que acompañó a mi padre , que es el que está algo sordo, a comprar el pinganillo a la tienda después de conseguirse que fuera a visitar al otorrino.
Mi padre, a parte de la natural sordera masculina a oír lo que se habla sobre las tareas de la casa, siempre hablaba a gritos para que la gente le oyese, y bastaba con oír el claxon del coche, que se hizo instalar en el vehiculo porque pensaba que los demás no le oían, para sospechar que algo iba mal. - es curioso que las personas con audición reducida piensen que los duros de oídos son los demás - .

Por la mañana, cuando me levanté muy malhumorada por el cambio de la hora, decidí hacer algo con el reloj, y se lo expuse a mi madre : - el caso es que esta noche que se atrasaba la hora, con el ruido del reloj, estuve desvelada una hora más .
Entonces fue cuando, entre el amor maternal al reloj o a mi, mi madre accedió a que retirase el reloj de la pared de su habitación, no sin añadir: - pero el reloj funciona marise. algún oficio habrá que buscarle.

La abuela de los labrada había salido de su casa con un carrito de la compra, en donde había metido una poca ropa suficiente para unos días, y sus pendientes de soltera. Llevaba sobre la cabeza, un gorro de plástico marrón oscuro, con alas, del que sobresalía su pelo canoso, que se complementaba con una vieja gabardina oscura y unas botas de aguas. Y mientras tiraba del carrito, y subía por la cuesta del camino, que lleva a la carretera general, dejando atrás la casa, la vaca de los de la labrada que pacía alegremente en un prado, al ver que la anciana iba camino de desaparecer al dar la curva de la cuesta en dirección a la carretera, le dirigió un largo mugido pareciendo querer decir que también quería marcharse con ella.

Al mediodía la abuela de los de la labrada pasó por delante de mi casa y justo me pilló cuando estaba colgando el reloj de la habitación de mi madre, en la huerta,  para que los pájaros no me comieran los membrillos .
- Hola marise - , me dí la vuelta al oír su voz.
Sorprendida, dejé lo que estaba haciendo y me acerque a ella, le dí un abrazó y unos besos, y  me di cuenta que  venía algo malhumorada, lo cual pensé que sería por el cambio de la hora.
- ¿ Quiere unos membrillos ? - le dije
- Gracias marise, pero venía a despedirme que me voy del pueblo, voy pedir el divorcio, que no estoy dispuesta a terminar mi vida oyendo los ronquidos del abuelo de los de la labrada.
Abrí los ojos, sorprendida ,y pensando en lo que podría ser una hora mas de ronquidos por la noche,  sin darle tiempo a que reaccionase ni a que rechazase la invitación,  me puse a gritar:
- ¡ Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa !
¡ La abuela de los de la labrada que viene a tomar el café !.

lunes, 22 de octubre de 2012

El erizo 2

Cuando nuestros amigos: el furgo, la rusa, el herrero ... llegaron a la taberna de la sagrado, después de su trabajo en el sumergible, y se encontraron al erizo bebiendo con la guardía civil, entraron uno a uno, estupefactos, en la cantina, y se colocaron en la esquina de la barra. Marcelino, el guardia civil, que no perdió ojo de encima de ellos desde que entraron, enseguida hizo señas a la dependienta para que le pusiera una ronda a los nuevos, quienes sin rechistar pidieron cada uno de beber, dandose por objeto de una redada o algo similar; pensando incluso, que el erizo, uno de los hermanos de la batea, que era el homenajeado por la benemerita, había cantado de pleno. 
 Mi tio *, el erizo es cojo, desde el tiempo en que perdió una pierna en un accidente de moto. Cuando fuera el accidente, mi abuelo, que en paz descanse, lo llevó a una clinica de la coruña* de aquellas no había sanidad publica; habló con el cirujano, y llegó a ofrecerle cartones de güinston gratis, para él y toda la clinica, para que hicieran todo lo posible para arreglarle la pierna. Pero mi tio había tenido la desgracia de esmagar de nuevo la pierna triturada, que llevaba escayolada de un accidente de moto anterior; era vicio que tenía de joven con las motos. Mi tio, cuando cuenta lo del accidente siempre bromea diciendo " si hubiera llevado la pierna envuelta en cemento armado..." .
 Debajo de una frondosa barba, de la que le viene el mote, mi tio esconde una sonrisa de niño pillo, y solo asoma de su cara una mirada afectuosa que encaramelaba a las mujeres, de tal manera que se derretían por ser abrazado por él. 
 * Para aclararse, hoy me levanté con un ataque de vagancia y dije: " por lo menos voy mover los dedos" y hasta estoy dispuesta a contar alguna cosilla de más. - El erizo es uno de los del clan de la batea, el otro, cienfuegos, es el hermano mayor y mi madre, "la madrina" es la pequeña. Que el erizo es el mejor piloto de planeadora de las rias bajas, es un secreto a voces, porque aunque le falte una pierna, con su cadera sentada sobre la piena ortopedica, se las arregla increiblemente para conservar el equilibrió. Y por mucho que dé vueltas el oleaje, donde otros marinos se marean y acaban cayendo, él es capaz de mantenerse en equilibrio. Pero mi tio jamás ha sido pillado encima de alguna planeadora, a pesar de haber sido vigilado y acosado por la guardía civil, lo más que se le tiene visto es en alguna barca para pasear a la virgen, por la ria , en el día de la patrona de los marineros. Esta tarde habían estado juntos, incluido el erizo, trabajando en el astillero que tenían escondido por la arboleda, en el comienzo de la ria. Cuando llegó el furgo a recogerlos, el herrero, que parecía un cangrejo ermitaño, con su brazo derecho de popeye de golpear en el yunque, señalaba con el dedo de su abultada mano a la embarcación sumergible que estaban rematando de construir. Y después de instalar los motores, explicaba como habían montado, para entrar a la embarcación, dos escotillas en el techo, una para las personas y otra más grande para introducir la mercancia en un compartimento estanco que podría ser inundado, por estar separado de la tripulación. Al terminar el herrero, la rusa y los de la batea, aprovechando la llegada del furgo, empezaron a deliberar sobre quien sería el intrepido navegante que pilotaría la embarcación, hasta que finalmente llegaron a la conclusión de que el sisa sería la persona idonea. Los lectores, hasta aquí, se habrán percatado que el sisa era una especie de cobaya que participaba en todos los experimentos que se nos ocurrían. Si alguien era la persona idonea para señalar en la pasteleria con el dedo en el interior de la vitrina, diciendo: - ¡ hay una mosca muerta en la nata! - , y después salir corriendo perseguido por la pastelera, esa persona era el sisa. Nosotros quedabamos escondidos mirando cuanto tiempo tardaba la pastelera en pillarlo y darle un tirón de orejas. El sisa cada dia corría más.
 Si alguien era la persona idonea para pilotar una carrilana* coche de manera, cuesta abajo, para despues caer al mar en el puerto y casi ahogarse por el golpe recibido, al caerle encima la carrilana en el agua, era el sisa. - Menos mal, que de aquellas el erizo aun tenía dos piernas para nadar y lo salvó de ahogarse - . Si alguien tenía que tirarse, con un paraguas como improvisado paracaidas, desde un tejado, " despues de ver volar una estirada con un paraguas en una pelicula para niños " esa persona era el sisa. - Menos mal que no fue de un tejado, sino de un manzano, y todo quedó en un buena culada `para todos. A los demás nos dieron una buena azotaina para contentarnos y nos dolió igual, o parecido. Y, el sisa iba ser el grumete que capitanearia el submarino de nuestros intrepidos armadores. 
 Al llegar el anochecer , nuestros amigos ocultaron su trabajo con unas telas de camuflaje; - aunque el mejor camuflaje eran ellos mismos, porque la gente se procuraba: ni ver, ni oir, ni saber, lo que hacían los de la batea y sus amistades. Fue entonces cuando el erizo convenció al herrero de que le dejara la moto y que bajara con los demás, en la camioneta del furgo. Mientras ellos quedaban recogiendo aún cosas, el erizo se fue marchando en la moto hasta el local de la sagrado, donde se reunirían para tomar algo todos juntos; antes de llegar al destino en moto, en el camino del rio,  se encontró a cinco vacas, capitaneadas por la vaca de los de la labrada, que estaban bloqueando la carretera comarcal. Las vacas venian de pastar y de abrevar en el arroyo, de regreso a sus establos, cuando se habían encontrado con la guardia civil que andaba patrullando, – últimamente estaban amoscados por la escasez de noticias de nuestros amigos, lo que relacionaban con el golpe en el que le habían robado los motores a su planeadora, además de romperles los aparejos de pesca, mientras patrullaban por la ria -, y no se sabía quien había dado el alto a quien. Al verlos, el erizo paró la moto donde estaban los guardias, para decirle al conductor de la patrulla que no le diera bocinazos a las vacas, porque con la vaca rubia y sorda, de los de la labrada, en vez de conseguir que las vacas se moviesen, no iban hacer más que empeorar la situación. Cuando puso el pie en tierra y el erizo iba sacar el bastón que utilizaba para apoyarse, entonces los agentes de la guardia civil , uno extremeño y otro de albacete, que no habían entendido ni papa, con el acento cerrado que les habló el erizo, se le echaron encima tirandolo al suelo, donde lo aporrearon debidamente hasta que dejó de dar gritos y lo esposaron, porque habían creido que el erizo les iba atacar con un sable samurai. Al llegar marcelino con el coche de atestados, que había sido llamado para hacer el informe, cuando recogían el arma descubrieron el error, y entonces comenzaron a deshacerse en disculpas. Entonces, el erizo, magullado, mientras lo levantaban y le quitaban las esposas, viendoles tan cordiales y serviciales, aprovechó para pedirles que le acercaran a la cantina de la sagrado a lo que accedieron gustosamente invitandole a unas rondas para congraciarse con el detenido.
 Y así fue : - ¡ Otra ronda, que paga la guardía civil! - gritaba el erizo, mientras todos los presentes le coreaban : - ¡ viva el erizo y la benemerita!.

lunes, 15 de octubre de 2012

Seguimos contando 1

Es jueves y es día de feria en el pueblo.
Los puestos se organizan a lo largo del paseo del río, bajo la sombra de unos plataneros que custodian sus márgenes y dan sombra al caminante durante su recorrido.
A uno y otro lado del puesto se movían las vendedoras. Eran madre e hija. En el puesto hay ropa variada de mujeres donde revuelven las clientas apretujadas en busca de su compra. Las vendedoras iban dando voces para atraer la atención de la gente que pasaba por el estrecho camino que había entre los puestos
-¡ A cinco y a dos euros, ahora, a los cinco y a los dos euricos señora !
- ¡ A ver , los tanga de maría, a cinco y a dos euricos la camiseta !
Enfrente, separados por un estrecho espacio, la competencia grita:
- ¡ Venga nena a cinco euros el camisón y el pijama!
- A ver guapas aprovechar ahora !
- Tenéis cosas muy buenas hoy-, se oye una voz más allá.
-Cinco euros la camiseta y a veinticinco euros la chaqueta
-¡ Venga nenas camisetas de temporada !

Los puestos estaban colocados de tal manera que la gente podía caminar como el agua por los meandros del río, coincidiendo al final la entrada con la salida obligando así al caminante a pasar por todos los puestos.
- Un euro un euro un euroooooooooooooooo ehhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.
-¡ Aquí a dos , a dos euricos , Eh chicas aquí, tenéis toallicas
Iban señalando las anunciantes de viva voz los montones de ropa mientras daban sus gritos.

Como en la rama dorada podríase hacer un estudio de las familias de las personas que se reunían para vender en la feria y todo ello solo con sus voces .
Fuera del circuito de los puestos se podía ir caminando bajo una arboleda de plataneros pero los gritos seguían a los transeúntes
-! A ver que vendo barato, eh !
-¡ lo que no hay aquí lo hay allí !
Y los gritos subían al cielo en unísono de un improvisado coro
¡ A dos euricos, todo a dos euricos , solo a dos euricos !
El paseo termina en el puente y después de cruzar se llegaba a la carretera antigua que se dirigía a la coruña.

Y mientras esperaba a que llegase mi madre de hacer el recorrido de los puestos, llegue a esa consciencia momentánea, que nos despierta haciéndonos algo aparte sobre todas las cosas con las que vivimos, y me dí cuenta que toda la historia empezó cuando tuve un buen final.


Ya se sabía la noticia de los altavoces de la iglesia y las sospechas iban en varios direcciones, algunas contrarias. Era como un juego de apuestas, donde el premio era el ser oído en las tertulias.
Pero la noticia más popular de las que circularon ese día, compitiendo con chascarrillos picantes.
La vaca de los de la labrada, sorda y teimuda * testaruda , no había manera de conseguir que dejara acercarse ningún toro, por muy semental que fuera. porque la vaca era tan bruta que a los ojos de los profanos diríase que ella misma parecía un buey .
La vaca podría competir con los bueyes de tiro a llevar carga, a tirar de las raíces de los troncos, o a arrastrar troncos con el buey más pintado. Pero esos concursos eran muy cerrados y machistas, y para nada querían sus machistas patrocinadores dejar participar a una vaca a pesar de que los bueyes fueran toros castrados.

El abuelo de los de la labrada decidido a tener una buena descendencia de su animalito, después de fracasar con el intento de que la montara un semental, porque los toros, acostumbrados a llevar una vida apacible de comer y sembrar su semilla se arrinconaban horrorizados en el corral, llamó al veterinario para inseminarla, pero la vaca al levantarle este el rabo para meterle el tubito le arreó una patada con su pierna trasera ... " mismísimos"

martes, 9 de octubre de 2012

El encierro, en el ayuntamiento, de marise


Cuando la concejala aún no era la concejala, se llamaba marisa. Marisa era una de esas mujeres menuditas, nerviosas, cargada de vida, que siempre estaba pendientes de agradar a todo el mundo y buscar su felicidad - hasta que cambió. De niña era la primera siempre en participar cuando se organizaba una recolecta  de ropa para los necesitados, o para pedir donativos para los pobres o para enviar dinero a los niños de los países subdesarrollados... 
Cuando marchó a la universidad y regresó, la cosa cambió de carácter, entonces organizaba protestas porque pusieran luces en el paseo, o porque hacía falta un pediatra,protestas pidiendo la gratuidad del transporte escolar, o para que abrieran un conservatorio ... claro que con el tiempo la cosa cambió de nuevo y se convertiría en protesta para que no nos quitaran un medico y nos dejasen otro compartido con otro pueblo, para que no suprimiesen dos conserjes ni quitasen la calefacción de los colegios, para que no quitaran la ayuda para libros de familias necesitadas ...

De aquellas, un día marisa me llamó por teléfono y me dijo:- ¿ marise, te acuerdas el manantial de agua del campo del lobo ?, - * se llamaba así en nuestro pueblo, una zona del comunal al monte, donde tiempos antes era uno de los pocos reductos de lobos y otros animales en la comarca.
-¿ Si, que pasa ? - , le respondí
- Bueno, pues lo ha cerrado un alemán que está haciendo un chalet, impidiendo que los vecinos,cuando suben con el ganado al monte, que puedan abrevar sus animales allí.
-¿ Pero como puede ser eso ?- , le pregunte, y marisa me respondió:
- Dicen que el ayuntamiento tenía deudas con él y le han dado un terreno con el manantial en compensación.
- ! Pero si eso es comunal del pueblo de toda la vida ¡- exclamé - ¿ no pueden entregar de las propiedades del ayuntamiento ni reducir gastos ? , que viven a todo tren .
Bueno-, dijo marisa - ¿ tu me ayudarias a movilizar a la gente y organizar una protesta llevando un escrito al ayuntamiento y denunciarlo a la prensa ?
Son las diez de la mañana, los teléfonos habían estado funcionando todo día anterior. Como era una cosa del pueblo estábamos todas unidas. Después de haber bajado en coche y reunirse en una carballeira* robledal donde está el campo de la fiesta, una comitiva de vecinas de nuestro pueblo y de los alrededores, se acercan al ayuntamiento del pueblo.
Llevan pancartas y letreros, que denuncian el uso de terrenos del comunal y el cierre del manantial en el campo del lobo.
Al llegar, los municipales, que ya estaban sobre aviso, se ponen ocupando la entrada del ayuntamiento para impedir el acceso de las vecinas. Después de unas discusiones, las mujeres se instalan con la pancarta en la plaza del pueblo enfrente del ayuntamiento.
Esa mañana hace sol y el sol comienza apretar. Marise que está en una punta de la pancarta tira de ella arrastrando a sus compañeras, para ponerse bajo la sombra que da la pared del edificio del ayuntamiento. Los municipales no las quieren dejar arrimarse a la pared buscando cobijo, porque pretenden que el calor disperse a las mujeres, pero sus esfuerzos son inútiles. Y cuando se dan cuenta, son ellos los que están en medio de la plaza, enfrente del ayuntamiento, con las mujeres y la pancarta impidiendo la entrada en el ayuntamiento.
De repente, ante la perplejidad de los agentes, como si fuese el agua que desaparece por el desagüe de un fregadero, la masa de mujeres comienza a disminuir hasta que finalmente la entrada del ayuntamiento se traga también la pancarta y las personas que la sujetaban. Han tomado el ayuntamiento.

Los municipales llaman por teléfono para informar al alcalde, que al oir los gritos de las mujeres al entrar, en ese momento está huyendo por la parte detrás del consistorio para evitar a las manifestantes.

Las mujeres han tomado posiciones en el vestíbulo del ayuntamiento donde están todas reunidas y como tenían tramado comienzan un encierro de protesta por el cierre del manantial del monte del lobo. Mientras tanto Marisa y marise se dirigen al despacho del alcalde, en la planta superior del edificio, para entregar un escrito de protesta, con las firmas recogidas de los vecinos del pueblo. Como no está preguntan por el secretario del ayuntamiento, un funcionario les dice que el secretario a pedido el día libre y cuando quieren darle entrada al escrito de denuncia al ayuntamiento , les dicen que el sello del registro de entrada ha desaparecido. Discuten hasta que finalmente el registro es aceptado por el funcionario que escribe el recibí a tal de tal del taltal, a mano, comprometiéndose a darle entrada cuando aparezca el sello de registro, porque una de las encerradas era su mujer y fue duramente amenazado.
Después, nuestras heroínas regresan al vestíbulo y luego de informar a las manifestadas, se ponen en contacto telefónico con los medios de comunicación quienes le prometen venir hacer unas fotos si dan encontrado el lugar.
Ahora, como tenían previsto, se sientan y continua su encierro de protesta esperando ser desalojadas pronto del consistorio por las fuerzas del orden locales.
Ya son las dos del mediodía y las mujeres comienzan a estar intranquilas porque esperaban ser expulsadas del ayuntamiento antes de la hora de comer
Una de las encerradas pregunta a marise: - ¿ y no nos expulsaran ya ?, porque yo dejé la ropa en la lavadora y cuando llegue va estar toda arrugada.

Como ya es la hora de comer se encargan bocadillos para cada una, pero cuando tardan en llegar descubren que el pedido ha sido interceptado en la entrada por los agentes municipales; y para que no puedan introducir los bocadillos a las insurrectas, al interior del edificio, los municipales se hayan apostados custodiando las ventanas, para que no puedan entrar por ahí los bocadillos.
Hablan con representantes de la oposición si pudieran pasar los bocadillos al acceder a sus locales en el consistorio, pero ninguno de ellos accede, total también ellos han votado el acuerdo del alemán.* yo no digo que los representantes de los partidos no sean dignos para votar pero si que los que han participado en acuerdos ruinosos para los intereses de los ciudadanos, excusan de volver presentarse por su partido político.
Finalmente la señora que viene hacer la limpieza por la tarde les entra la bolsa con los bocadillos.
Se saluda con agradecimiento la llegada de la bolsa y se reparten los bocadillos. Un silencio se hace en el vestíbulo mientras se comen con avidez. Al acabar, una de las encerradas pregunta si se puede pedir otro bocadillo. Todas se ríen, Es una risa sardónica, como la del que se levanta riéndose con todos los que se ríen de él, después de tropezar y caer, porque ya daban las cuatro y contaban que la policía les echaría del ayuntamiento en seguida y podrían estar de regreso en sus casas a las dos para comer.
Marise pregunta a su amiga Marisa si tendrán para mucho tiempo y esta preocupada le responde :
- No sé marise, estos son tan ruines que no sé si no nos dejaran que quedemos encerradas todas aquí hasta mañana.

Son las seis de la tarde. El alcalde aparece con su coche, aparcando al lado del ayuntamiento, del que baja su mujer que le venía riñendo. Al bajar del coche la mujer se dirige al ayuntamiento increpando a los municipales, y a las encerradas para que se vayan del ayuntamiento.
Ya en el interior los municipales al ver entrar a la mujer del alcalde gritando y amenazando, y temiendo que se desatase la furia de las presentes contra ella, hacen una cadena humana enfrente de las mujeres encerradas en el vestíbulo mientras la mujer del alcalde, indignada con los municipales. les comienza a gritar.
- A mi, a mi, me tenéis que rodear a mi ... para que no les pegue.
Cuando todo se tranquilizó, finalmente se logra un acuerdo, para que la limpiadora pudiera hacer su trabajo, y las mujeres que realizaban el encierro son desalojadas voluntariamente del ayuntamiento.
Fuera, en la calle, los familiares que esperaban a sus mujeres, algunos transeúntes curiosos y las gaviotas que volaban esa tarde victoriosa sobre el cielo, les hacen coro dando gritos de jubilo mientras van saliendo. Orgullosas todas se sienten hermanadas después de la jornada.
Ya cuando regresan en sus coches para sus casas, de repente el coche que va delante del vehículo de marise, se para y pone las luces de emergencia.
Marise detiene su coche, y detrás se paran otros dos vehículos de la dispersa comitiva de regreso.
Alguien baja del coche de delante y se acerca al auto de marise. Marise baja la ventanilla para escuchar lo que le vienen a decir : - ! Marise, me he dejado el bolso dentro del ayuntamiento ¡.


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martes, 2 de octubre de 2012

el vuelo de arcadia 26





Al llegar a la iglesia Arcadia se encontró el coche de la tía la rica aparcado enfrente a la iglesia. Supuso, al ver la puerta abierta del cementerio, que la mujer estaría hablando con su difunto esposo de las cuentas de sus caseros o de algún que otro asunto importante que tratar, por que la viuda en raras ocasiones se veía por estos lugares.
Aunque ya estaba instalada la megafonía, dos altavoces asomaban para fuera en el campanario, arcadia que no estaba para tecnologias ni pensaba estarlo, tocó avisando de misa las campanas a las que había jurado siempre fidelidad, y mientras las campanas sonaban  pensaba si no se rebelarían los difuntos con la megafonía,  y no tendría que ir el mayordomo de la santa compaña a buscarlos personalmente. 
Llegó la gente, los de costumbre, y una señora mayor preguntando por el bolso extraviado.
Al venir el cura se acercó a la sacristía a recogerlo y se lo entregó.
La gente fue entrando y sentandose, y arcadía se acercó a su órgano para encenderlo, pero al dar el interruptor del instrumento este no hizo ninguno de sus ruidos habituales al encender.
Arcadia miró horrorizada en todas las direcciones, no podía ni respirar y poco a poco se iba poniendo morada, entonces el cura,  viendo su apuro, se le acercó sonriente y apartándola un poco, se dirigió al amplificador colocado en un mueble próximo, apretó un botón del amplificador,  y para sorpresa de ardadia, al pulsar después una tecla del instrumento, el órgano sonó en toda la iglesia.
 Luego el cura le enseñó un pequeño mícrofono que habían dejado instalado, y dandole unos golpecitos con el dedo, los golpes repiquetearon en toda la iglesia.
El padre, mirando para ella, que aunque recuperaba el semblante permanecía estupefacta, risueño, le dijo que también se oiría ella misma cuando cantaba mientras tocaba el órgano.
Arcadia no pudo contener una sonrisa que le llegó casi de oreja a oreja, ni el brillo de sus ojos que delataban una alegría desmesurada, y se sentó enfrente al organo, mientra el cura se dirigía para el altar.
El padre contó a los presentes, con la tia la rica incluida, y dijo : - Hoy doy misa para doce, y los presentes que ya no les pillaba de sorpresa, empezaron a hacer sonar en su bolsillo toda la calderilla preparada para la cestita, que habían recogido por casa . Después empezó la misa y continuó hasta que leida la homilía, el cura le hizó una señal e arcadia, que empezó a tocar el órgano, y su voz llena de alegría se elevó llenando el techo abovedado con sus arcos de piedra de la vieja iglesia.

Arcadía pensó en la megafonía instalada en el campanario y se imaginaba siendo escuchada en todo el valle. Surcando las extensiones hasta el monte o escapando hacía el mar. En medio del camino hay una bandada de gaviotas distraidas, planeando en las corrientes del aire, que se sobresaltaban al oir su voz; asustadas le hacen paso, y ella continua hasta llegar al oceano para esconderse entre el ruido de las olas. Un carraspeo le volvió a la realidad, era el padre que quería continuar con la misa.
Arcadia, mientra continuaba la misa, miraba con el rabillo del ojo a todos los asistentes y prestaba oido a todo lo que decían su auditorio:
 por el oido derecho escuchaba la apenas audible, biseante, conversación de la tia la rica, con san antonio:
- San antonio, has que mi a sobrino heredero le suspendan ese examen que le salió tan bien para que siga en la universidad sin venir para aquí, y encuentre una buena moza estudiada y limpia, que le dé buenos hijos y le planche las camisas que viste como un desaguisado y no alguna listilla de aquí. Amen
Y mientras la tia la rica hablaba con san antonio del dinero que recibiría si le pasase algo a su sobrino, que no estaba para heredar.
Por su oido izquierdo arcadia seguía la conversacione con san antonio de la señora que había recogido el bolso encontrado:

- San antonio tu que eres el santo de los enamorados, te pido que el sobrino de la tia la rica que embarazó a mi niña se case con ella como dios manda, te lo pido glorioso san antonio. Amen



Son las doce, el gato de marise pasea por el tejado de la casa, de repente se pone alerta, sus oídos acaban de detectar una vibración imperceptible para el oído humano. Su cuerpo, arma mortal felina, se tensa, alertado por el ruido que aumenta a medida que se acerca hacia el.
De repente salta, realizando una trayectoria perfecta con la que atrapa en el aire. entre sus dientes un ser escamoso que aleteaba en medio de la noche. El sonido desaparece, antes de aterrizar de nuevo en el tejado.
El gato masca ,encima del tejado, haciendo muecas de desagrado, tratando de escupir las escamosas alas de la mariposa nocturna que termina de cazar.

Las campanas estaban dormidas, pero algunas veces les acompaña una ligera vibración producida por la brisa que asciende desde el mar. - Otras veces es la tierra que parece latir.

Una figura encapuchada consigue desmontar el anclaje en la piedra del segundo altavoz, que habían instalado en el campanario. Después lo ata con una cuerda y lo deja deslizarse desde el campanario, suavemente hasta al suelo enfrente a la entrada de la iglesia.
No tarda en bajar del campanario la extraña figura , que recogé las herramientas y los altavoces, escondiéndolo todo después de hacer varios viajes, en el interior de una furgoneta que había dejado aparcada en una cuesta próxima.
La brisa marina del océano es fría y salada.

Se metió en el coche y comenzó, sin marcha y sin encender el motor, a comenzar a rodar por la pendiente poco a poco. Al finalizar la cuesta, arrancó el coche y continuo sin hacer ruido
El vehículo se perdió en la lejanía, mientras todos dormían pero sus luces pudieron ser seguidas desde el campanario hasta llegar a una granja de las que había fuera del pueblo.
El caco sin hacer ruido aparcó en el patio, y con gran sigilo empezó a descargar la megafonía, y su amplificador sustraído de la iglesia, metiendo todo dentro del gallinero. Al terminar cerró la furgoneta y entró al gallinero. Con gran sigilo instaló el equipo y los altavoces, una vez conectado todo, enchufó la corriente a una lampara de empollar los huevos de los pollos, que tenía toma para la corriente.
Escondido entre unos sacos vacios de pienso de las gallinas, descubrió una guitarra eléctrica, que tenía escondida, una de esas que pasan de mano en mano y se afinan de oreja.
La enchufó a la entrada del amplificador, encendió el amplificador y ...
Arcadia despertó en medio de la noche sudando -  ¿ pero como se había olvidado de sus campanas pensando solo en ella ?


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