Hoy me tuve que quedar con mi sobrino, es un cielo, ahora mientras escribo aquí lo dejé jugando con sus juguetes favoritos, los coches de bomberos. A mi me recuerda cuando yo era niña, claro que no había tantos juguete como ahora, pero jugabamos entre todos, al pañuelo , al escondite, a la rana , al pilla ...a mi lo que más me gustaba era el pilla y las corridas que echabamos ,corríamos con cualquier pretexto, un dedo en un ojo, un empujón a un charco, eres la novía de aquel .... aquel siempre era muy feo. A mi el favorito era llevar la coleta rechula, y a la mínima que me tiraban de ella metía unas corridas que para que te voy contar; a veces tenía que ayudar y empezaba yo con un tirón de pelos, o simplemente recordaba el que me habían dado el otro dia, aunque hubiera sido otro.
- Ay la fantasía de los niños: ahora está mi sobrino llamando a la señorita de los bomberos diciendole que estaba solo en casa que salía mucho humo por la chimenea, y que manden varias unidades de vehículos -
Sigo contando: era yo echarme a correr que ya los niños huían despavoridos. Y menudas corridas que hacíamos para que no los alcanzase porque de unas sacudidas acababan en el suelo y me tiraba encima de ellos de espalda y los espachurraba igual que los osos se rascan el lomo contra los pinos, por que una era una señorita y no se iba sentar a horcajadas encima del chico.
Todo esto me hacía la chica mas feliz del mundo hasta que un dia le mandaron una nota a mi madre diciendo que su hija, es decir yo, era un poco extrovertida, y a mi madre le sentó muy mal, por que de aquellas eramos tan simples como tan nobles y eso de extrovertida le sonó igual que a pervertida y me dió una tunda que para que contar.
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