martes, 1 de enero de 2019

Si mediase una buena apuesta

El gitano, era un consumado carterista que si mediase una buena apuesta se atrevía a birlarle la cartera al mismísimo sargento de la guardia civil,  y el cojo anduvieron por los puestos de venta donde se abarrotaba la gente y la multitud, y al cabo de unas horas ya habían robado en la feria varias carteras, obteniendo más de cien pesetas.
Como no querían correr riesgos, pues cuantas más carteras afanaban más empezaba a circular por la feria, en boca de la gente, la presencia de carteristas en la feria, decidieron dar por finalizada su campaña. Entonces fueron a buscar a Romero para entregarle el dinero obtenido, quedándose para ellos, con el consentimiento del jefe, unas pesetas para beber y divertirse durante el tiempo que quedaba hasta la hora de regreso.
Romero hizo una señal a los hermanos, que estaban próximos y cuando se acercaron junto a él les entregó del botín del gitano veinticinco pesetas para que fueran a comprar provisiones en la tienda de ultramarinos del pueblo. Aunque la autentica misión que Romero había encargado a los hermanos, sin saberlo sus compañeros, era estudiar el local de ultramarinos de Chantada pues con frecuencia en la tienda se hacían prestamos a los vecinos para pagarse el pasaje a América y cubrir los primeros gastos, y a veces sus dueños, cuando regresaban los indianos, guardaban importantes cantidades de dinero en la tienda.

A primeras horas de la tarde, los feriantes empezaron a recoger sus puestos y la feria fue llegando a su fin. 

Los miembros de la banda se juntaron para su regreso a las afueras del pueblo y el gaitero y el zamorano, los dos frustrados asaltantes, recibieron todo tipo de mofas cuando contaron el fracaso de su robo.

Ya de regreso para su escondite, Romero le dijo a sus hombres que se esperaban importantes noticias y que dentro de un mes se acercaría hasta Monforte para asistir a una reunión secreta.


mvf.

No hay comentarios:

Publicar un comentario