lunes, 10 de octubre de 2016

la nieta de la bruja Final.


Poco a poco se fue alzando la mañana y la vida despertó en el pueblo. El cielo frio y de colores palidos, estaba casí limpio. Varios cuervos llevaban discutiendo con sus vuelos desde el amanecer, cortejando a  una hembra joven de su especie de apenas un año y que aún tardaría en aparearse; pero esta no se daba decidido por quien sería su pareja y se estaban poniendo agresivos entre ellos. Apareció un aguila, sobrevolando el territorio donde estaban luchando los cuervos, y estos desviaron su agresividad contra ella persiguiendola en el aire. El aguila los ignoró y en vez de defenderse comenzó a sobrevolar cada vez más alto hasta que finalmente los cuervos salieron derrotados.

Al entrar la bruja en la tienda de bebes, la dependienta, con su acento dominicano, chilló en voz alta:

-¡Los encargos no se pueden de nuevo, volver a devolver, ni a cambiar! - y sin dar tiempo a que la bruja carraspease, continuó - pero espere, si no le importa, que ahora viene la jefa, que salió hace un momentito y está apunto de llegar.

No tardó en llegar la jefa; venía cargada con varias bolsas de la compra.
-¡ Es que nosotras no trabajamos esa marca de carrito, que lo ha comprado por catalogo...! -  chilló la dependienta, comprobando que la escuchase su jefa -  ¡ y ahora, ya ve uds, nos tenemos que quedar nosotros en la tienda con el carrito sin saber si lo conseguiremos vender, porque esa marca no la trabajamos!
 -¡ Pero a esta amable señora; digo yo, que soy la jefa; si no te parece mal le podemos volver a cambiar el pedido! - respondió la dueña de la tienda, interpelando con enojo a su trabajadora para que desapareciese.

La bruja cambió el carrito de bebe de color azul oscuro, como el pelo del lomo de los lobos negros en las noches de invierno, por el carrito de color rosa intenso, como el color que deja la sangre al correr a borbotones por  el cuello degollado de las ovejas blancas; y además le obsequiaron unos calendarios y un almanaque de la tienda, con las fases de la luna.
 
 - ¡Han sido uds unas jóvenes muy amables y comprensibles! - dijo despidiéndose.
 - ¡Gracias! - le respondió la dueña de la tienda - ¡y no hará falta que vuelva, que así que dentro de 13 días, cuando nos llegue el carrito, se lo llevamos nosotras a casa de su hija, a las 13 horas en punto!

 -"A veces me dan ganas de matar a mi marido, para que no pise en lo mojado cuando friego el suelo"- pensó mentalmente la jefa mientras se cerraba la puerta de cristal de la salida de la tienda.


La bruja no acertó en sus cálculos y su hija acabó pariendo el 25 de diciembre, al mediodía. La niña pesó 3.666 kgms, y ese día en la clinica, todos brindaron con champán el nacimiento de la nieta de la bruja, invitados por la doctora Cienfuentes.





mvf.










































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