Después de pasar en casa un largo fin de semana de descanso, por haber sido día festivo el lunes, en nuestra comunidad; el bullicio de los compañeros resonaba en los pasillos, y las risas y charlas animadas llenaban el aire en el colegio. Algunas se abrazaban y se besaban con entusiasmo, mientras otras compartían anécdotas sobre lo que habían hecho durante tantos días.
En el interior del aula, la sensación fue diferente: la alegría por volver a ver a los amigos se tornó en un ligero nerviosismo por retomar la rutina escolar. Los pupitres nos esperaban ordenados, y las mochilas se acomodaron rápidamente en el suelo. La profesora de la primera hora llegó con su sonrisa buena, y después de saludar a todos su charla de costumbre de la clases de sociales comenzó.
Terminada la segunda hora de clases, en el descanso, entraron en el aula, la orientadora y la profesora de literatura, pidieron silencio y cerraron la puerta tras ellas. Todos nos miramos sorprendidos, preguntándonos a qué venían.
Escena: Aula escolar. Los estudiantes están sentados en sus pupitres. La orientadora Luisa y María, la profesora de literatura, están subidas en la tarima del encerado y mirando la clase con cara de enfado, piden silencio a los alumnos.
Luisa: (con voz firme y calmada)
—Buenas tardes a todos. Hemos venido a esta clase porque hay un asunto muy serio que necesitamos abordar de inmediato.
María: (mirando a los estudiantes con seriedad)
—Sabemos que alguien en esta clase usó la foto de una compañera y después de editarla con algún programa informático, le puso el culo desnudo y la compartió en las redes sociales. Este tipo de comportamiento es absolutamente inaceptable y no será tolerado.
Luisa: — Queremos dejar claro que entendemos que esto puede ser difícil, pero es crucial que la persona responsable dé un paso adelante. Esto no se trata solo de castigar, sino de entender qué sucedió y asegurarnos de que algo así no vuelva a ocurrir.
María: (con voz más dura)
—Sin embargo, si nadie se presenta y asume la responsabilidad, nos veremos obligadas a tomar medidas más estrictas. Esto puede incluir hablar con cada uno de ustedes individualmente y, si es necesario, tomar acciones disciplinarias.
Luisa: —No estamos aquí para señalar con el dedo o castigar sin razón. Queremos resolver esto de manera justa. Si alguien quiere compartir información, le pedimos que hable con nosotras después de la clase. Puedes hacerlo de manera confidencial, y garantizamos tu anonimato.
María: (hace una pausa para enfatizar):
—Recordad que mantener silencio también tiene consecuencias. No actuar ante una injusticia te convierte en parte del problema. Todos queremos un ambiente seguro y respetuoso, y necesitamos vuestra colaboración para lograrlo.
Luisa: —Por favor, piensen en lo que hemos dicho. Esperamos que la persona responsable se presente voluntariamente para que podamos resolver esto de manera adecuada y justa.
María: —Gracias por vuestra atención. Si tenéis alguna pregunta o necesitáis hablar con nosotras, estaremos disponibles después de la clase. (Las dos se bajan de la tarima del encerado y salen del aula.)
Los estudiantes Sofía, Fidel, Andrea y Diego, hablan entre ellos mientras esperan la llegada del profesor de la siguiente hora de clases.
Sofía: —¿Alguien tiene la foto para verla?
Fidel: (Mostrando la foto en la pantalla de su teléfono)
La foto muestra a Laura, una alumna del colegio, que aún no acaba de cumplir los trece años, con una sonrisa radiante iluminando su rostro. Viste una blusa de algodón blanca. Sus mangas son ligeramente acampanadas. Combina la blusa con una chaqueta de mezclilla ligera, que cuelga despreocupadamente sobre sus hombros. Su melena de cabello, largo y ondulado, cae suavemente sobre sus hombros, brillando con los reflejos del sol. Intenta subir a una fuente de piedra antigua del parque, y beber del chorro de agua que brota en la parte superior, creando un pequeño arco iris al caer. Está de espaldas a nosotros, mostrando desnudos, unos espectaculares grandes y redondos traseros, y gira su cabeza, tal vez porque pensaba que estaba siendo observada en ese momento, para mirarnos y mostrar su rostro a la camara, en el instante en que se captura la foto.
Diego: — Tal vez fue un error. Tal vez no sabían lo que estaban haciendo.
Andrea: —No digas tonterías, eso fue alguien con malas intenciones.
Diego: —¿Cómo vamos a descubrir quién fue? ¡Seguro que no hay manera de saber quién lo hizo!
Fidel: —¡Pues yo no estoy dispuesto a que me castiguen por algo que no hice!
Diego: —¿No hay manera de saber quién lo hizo?
Sofia: —Eso es lo que estamos tratando de descubrir. Diego.
Andrea: —Estoy pensando yo... ¿Quién pudo hacer la foto? ¿Y cómo sabemos que ese culo es de nuestra escuela? Porque Laura ya querría tener ella ese culo.
La conversación finaliza con la llegada del profesor al aula.
Es mediodía y algunos profesores se quedan en el centro de la escuela, dirigiéndose a la sala de reuniones para discutir un tema importante: la foto del culo de Laura. En la sala están presentes: Carmen la jefa de estudios, la orientadora Luisa, la profesora María, y el director López; y llevan un rato discutiendo la mejor manera de actuar.
Director
López: —...Pero necesitamos resolver este problema. La foto es inaceptable
y podría dañar la reputación de nuestra escuela. Aquí todo por la ley.
No podemos tolerar que ocurra nada de esto.
Jefa de Estudios: —Lamentablemente, la foto fue editada con un programa que enmascara la identidad del editor. No podemos rastrearlo fácilmente.
Profesora María: —¿Por qué alguien haría algo así?
Director López: —Necesitamos encontrar al responsable, antes de que circulen más culos de alumnas por el centro, pero también necesitamos resolver esto sin acusar a alguien injustamente. ¿Alguna idea de cómo podemos proceder?
La orientadora Luisa: —¡Alumnos y alumnas!
Jefa de Estudios Carmen: —Una posibilidad es revisar los dispositivos electrónicos de los estudiantes.
Profesora María: —Podríamos mirar que menores usan el teléfono en la clase, y pedir permiso para ver su programa de mensajería.
Director López: —Eso parece un poco extremo. sería una violación grave de la privacidad.
Carmen la jefa de estudios: —Se pudo haber hecho con un teléfono prestado y ni siquiera saberlo el dueño.
Orientadora Luisa: —Tal vez podríamos colocar un anuncio en la escuela, pidiendo alguna información de manera anónima.
Profesora María: —¿Qué tal si hacemos una llamada a la comunidad estudiantil para que quien tenga información sobre la foto la diga de manera anónima?
Jefa de Estudios Carmen: —Eso pudiera funcionar. Tal vez alguien sepa quién lo hizo y esté dispuesto a hablar sin revelar su identidad.
Director López: —Esa parece una idea más sensata. Podríamos ofrecer un perdón para facilitar que la persona que hizo la foto se identifique sin consecuencias. Con el compromiso de que no se vuelva a repetir. Luisa: ¿puedes encargarte de redactar el anuncio?
Orientadora Luisa:
—Por supuesto, director.
Mientras la Orientadora se dirige a su despacho para redactar el anuncio, el resto de profesores se marchan para la cafetería del centro escolar.
—A ver, a ver, déjame que vea el culo de Laura.
Clases por la tarde en el aula de Laura.
Profesora María (con voz firme)
—¡Atención, clase! Alguien está haciendo circular en el colegio fotos indecorosas de sus compañeras. Necesito saber quién es. Si alguien sabe algo, que lo diga ahora.
Laura, visiblemente molesta, añadió:
—No puedo creer que alguien haya echo esto con una foto mía.
Los alumnos comenzaron a murmurar entre ellos. Algunos se miraban nerviosos, mientras otros parecían indiferentes.
Profesora María—Si nadie dice nada, todos estarán castigados hasta que se descubra quién fue.
Fidel se siente inquieto al escuchar a la profesora María hablar sobre castigar a toda la clase y levanta la mano para protestar.
Fidel : —¡Eso no es justo, profe! ¿Por qué tengo que ser castigado si yo no he hecho nada?
Sofía: —Sí, eso es una injusticia . No podemos ser responsables por lo que hizo otro alumno.
Profesora María: —Entiendo su frustración, pero necesito que todos colaboren. Si nadie habla, no tengo otra opción, que castigaros a todos.
Son las nueve de la noche, y los alumnos hace varias horas que han regresado a sus casas.
Una madre entra en la habitación de su hijo para darle las buenas noches; este está tumbado en la cama mirando para su tableta.
La madre se inclina un poco hacia Alberto, tratando de ver la pantalla:
—¿Qué estás viendo en tu tableta, cariño?
Alberto mueve nerviosamente su mano sobre la pantalla, tratando de ocultar su contenido:
—Nada, mamá. Solo jugando.
Madre, frunce el ceño y extiende la mano para tomar la tableta:
—Déjame ver. ¿Por qué tienes una foto de Laura en tu tableta?
Alberto: —¡No sé! La encontré en su habitación y pensé que se veía bonita.
Madre (deja la tableta sobre la mesilla, al lado de la cama, y cruza los brazos, mostrando desconfianza):
—¿Y cómo la conseguiste. Porque Laura no se para que te dio una foto suya?
Alberto, sintiéndose culpable, responde: —La tomé prestada cuando ella no estaba mirando.
Madre: —¡Eso no está bien, hijo. Es invadir la privacidad de tu hermana!
Alberto: —Lo siento, mamá. No lo volveré a hacer.
Madre, mirando a su hijo con seriedad:
—Vamos hablar con Laura sobre esto. Es importante respetar la privacidad de los demás.
Alberto:— Es mejor que no. Se enojara conmigo.
Madre: —Es posible, pero lo importante es que sepa lo que hiciste y que esta situación no se repetirá.
Alberto: —Entiendo, mamá. Lo siento mucho. Pero es mejor que mi hermana no se entere.
Madre: —Vamos a buscar a Laura y hablar con ella juntos.
Alberto: —Está bien, mamá.
Llaman a la puerta de la habitación de Laura.
Laura les abre su puerta e intrigada al ver la expresión seria de su madre, pregunta:
—¿Qué pasa, mamá?
Madre: —Tu hermano tomó una foto tuya sin permiso.Venimos a pedirte disculpas.
Laura descubre que la foto que le cogió su hermano es la foto con la que se hizo el montaje en el instituto.
Laura, abriendo sus ojos de par en par : —¡¿Qué?! ¡Eso es inaceptable! No puedo creer que hayas hecho eso.
Alberto: —Lo siento mucho, Laura.
Al día siguiente, la madre de Alberto lo acompaña al colegio y le explica al director que su hijo fue quien sustrajo la foto de Laura.
Cuando salen del despacho del director este llama a la orientadora del centro y al jefe de estudio y les explica que la imagen utilizada para el montaje del trasero de Laura fue tomada por su hermano de su habitación. Hay que proceder todo por lo legal, les insiste.
La orientadora y el jefe de estudio empiezan a llamar a alumnos a su despacho y después de hablar con los alumnos implicados se descubre todo:
Alberto no pudo negar que fue quien sustrajo la foto de la habitación de su hermana.
Alberto: —¡Fue un error y no volverá a ocurrir!
Gabriel, un pequeño aficionado a la informática, declaró que utilizando un programa informático, le ponía el trasero desnudo a las fotos de chicas que le enviaban sus amigos por mensajería. Además, mencionó que la idea de la foto del culo de Laura no fue suya, sino de Fidel. Según Gabriel, Fidel le pagó con chuches y caramelos el montaje del trasero desnudo. Este montaje era un regalo de cumpleaños para el mejor amigo de Fidel, quien estaba enamorado de Laura.
Fidel negó todas las evidencias que lo delataban, y el director López, como este alumno era el hijo del inspector escolar, concluyó que no se podía saber quien fue.
Al finalizar las clases de la mañana, el director reunió al equipo directivo y después de hacer un resumen, explicó que era mejor que no se llegara a enterar la verdadera propietaria de la anatomía trasera, con la que se hizo el montaje de la foto del culo de Laura, para evitar que pusiera una denuncia al colegio por usar el alumnado, sin su permiso, una parte de su cuerpo femenino; y por este motivo principal pidió que se olvidase lo ocurrido.
Siguiendo las instrucciones del director López, la tranquilidad regresó por la tarde a las aulas del centro, y después de caer el hecho pronto en el olvido, lo ocurrido me hizo reflexionar, con ojos de adultos, sobre el crimen que se cometió poniendo ese culo tan firme de trasero desnudo de una joven adolescente y no en las posadero de alguno de mis compañeros de trabajo.
mvf.
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