lunes, 30 de mayo de 2011

Seguimos con Quasimodo 3º

Tal era la euforia de los primeros días de trabajo como cabo municipal que el alcalde, aprovechó que Quasimodo tenía el uniforme nuevo, para que usara la moto de la policía que se había comprado para los días de gala en el ayuntamiento.

Así que le entregaron la moto, Quasimodo, empezó a dar vueltas por el centro del pueblo y por los alrededores de las afueras, patrullando con la moto para que lo vieran los vecinos. decidido a resolver crímenes y delitos. Los vecinos, al verlo pasar le salían al paso para saludarle y pedirle el arreglo de todo tipo de cosas y situaciones variadas. Levantaba su bolígrafo y lo dejaba caer en arco sobre el papel cuadriculado, como un atleta se tira a la piscina, y apuntaba tuertos y entuertos según le iban diciendo.

Era un gato maullador nocturno o un gallo que cantaba a deshora, que no le hacía mal a nadie, escribía lo que le contaban sus dueños y junto a su desaparición anotaba el nombre del sospechoso en la libreta.

Quasimodo, no tardó en pasearse por las tierras del ayuntamiento y empezó a visitar los bancos parladores, donde se sentaban los mayores. Él, se detenía frente a ellos, bajaba de la moto y alimentaba su libreta cuadriculada:

- Llamar al tío Avelino, que le han robado la radio.

Y como los vecinos estaban encantados de verlo llegar con su moto de gala, el alcalde, que era su lugar tener ojo para estas cosas mandó hacer un un articulo para la prensa local, con fotos, donde se alabase su gestión como regidor del pueblo.

El fotógrafo pidió a Quasimodo que posara con la moto delante de la fuente del jardín; de allí fueron a hacer otras fotos delante de la ferretería del alcalde. Después acordaron hacer una foto en movimiento circulando por el centro del pueblo, pero quiso el destino que adelantando un coche, al levantar el brazo derecho,para señalar que iba torcer pare ese mismo lado, Quasimodo perdió el equilibrio y cayó encima del capó del coche. Fue un aparatoso accidente que llenó de fotos el periódico de la prensa dominical; con fotos de la moto, gravemente accidentada, atendida por un mecánico casual que afortunadamente pasaba por el lugar en ese momento.

La inquina que tenía “ la concejala”, a Quasimoodo le venía por el hecho de que ella había dedicado mucho tiempo sembrando la idea en la cabeza del alcalde que la plantilla de personal del ayuntamiento, tenía necesidad de que hubiera una plaza de cabo de la policía municipal, pensando en su hijo, que trabajaba de socorrista, leyendo cómics en la playa. Y no para que Quasimodo diera con sus posaderas en la plaza que ella había conseguido crear. Ahora la concejala no sabía si iba tener en Quasimodo un colaborador o un serio enemigo y por la noche, en su casa, después de dar vueltas en la cama durante tres horas, se levantó, subió al desván de la casa, y del fondo de un viejo armario sacó envuelto un espejo que guardaba escondido dentro, herencia de tiempos pretéritos de su familia, después de limpiarlo, sujetándolo fuertemente por su empuñadura de plata, se miró dentro del espejo y preguntó con estas palabras :


- espejito, espejito, espejito

 ¿ quien es la más inteligente concejala del ayuntamiento y el más estúpido policia municipal ?








continuara
.

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