Mi padre no acostumbra a
desayunar en casa, toma un par de vasos de
agua al levantarse, y después de arreglarse sale a la calle para tomar un café y leer
la prensa. Pero a veces mi padre antes de marchar busca
un chocolate con almendras que esconde mi madre. Todo el mundo
sabe donde está escondido el chocolate, pero
mi padre entra en la cocina cuando nadie está,
abre el mueble alto pegado al lado del frigorífico, y detras
de unas ensaladeras grandes, junto a unas bandejas de acero, está
escondido el chocolate.
Mi
padre coge la tableta; quita del envoltorio de
papel, desenvolviendo sin hacer apenas ruido el chocolate, rompe
un trozo, y vuelve a dejar el chocolate donde
estaba; y con el chocolate dentro de la boca, dandole vueltas
despacito para que se deshaga poco a poco dejando
la almendra para el final; sigilosamente desaparece de la
cocina como un vil truhan .
Estaba mirando por la
ventana las flores que aparecían en los manzanos de la huerta con la
entrada de la primavera, cuando me dí cuenta que mi padre llevaba
rato dando vueltas por la casa gruñendo.
- ¿ papa, te pasa algo ? - le pregunté.
- Nada nada, no te preocupes, hija - me respondió.
Yo seguí tranquilamente
pensando en la entrada de la primavera.
Mucha gente no sabe que
los manzanos, los almendros, los cerezos ... y la mayoría de los
arboles frutales son de la familia de las rosaceas... y todos ellos
florecen al comienzo de la primavera.
Reacción y
contrareacción.
Ya llevaba mi padre un
buen rato dando vueltas por la casa sin marchar y apareció mi madre
preocupada : - ¿ marise tu sabes que mosca le ha picado a tu padre
que no hace más que dar vueltas por la casa ? .
El tema no era que mi
padre diese vueltas por la casa, el tema era que mi padre aún no
había desaparecido saliendo a tomar su cafe y leer la prensa como
era de costumbre y con ello se estaban alterando las costumbres de mi madre.
Pasó media mañana y mi
padre y mi madre iban dando vueltas por la casa gruñendo hasta que
llegado un momento en que se encontraron frente a frente en el pasillo, mi padre le soltó a mi madre la siguiente
pregunta:
- Dolores de marise - *
el nombre de mi madre, que por lo escrito hasta aquí se habrá
visto que solo se utiliza para los grandes eventos - ¿alguien
cambio de sitio el chocolate que tienes escondido en el mueble que
está al lado de la nevera ?.
Esa mañana mi padre se
había encontrado que no estaba la tableta de chocolate escondida en
su sitio. No es que estuviera escondida
en otro sitio, simplemente se había
terminado.
La mayoría
de las veces mi padre que es quien se come el chocolate se acuerda de
comprar la tableta al hacer la compra y se la trae a mi
madre para que la vuelva a esconder “ en el sitio consabido” , y
entre los dos se da el siguiente rito:
- Toma
tu tableta de chocolate, la acabé yo el otro día – le
dice mi padre.
Mi madre le
mira poniendo cara de sorpresa: - ¿ y como sabías tu donde estaba
escondido mi chocolate ?
Entonces mi
padre se encoge de hombros, no tiene respuesta para ello.
- ¿ Y como
te comes tu mi chocolate ?. Como te vuelvas tu comer mi chocolate …
- le regaña mi madre.
Y mi padre
se excusa - ¡ solo quedaba un cachito !.
Al
oir la pregunta que le hacia mi padre en el pasillo, que llevaba toda la mañana molestando en
la casa, mi madre le miró con fuego en los ojos y le
gritó:
- ¡ Pues
ahora a la tarde vas tener que ir a comprar chocolate y espero que
esta vez no te me lo comas todo !.
Bueno, ¿ por
donde iba contando antes de que nos interrumpiesen ? . Por lo de los
árboles frutales.
No es que a mi me guste
mucho la fruta, a mi lo que me gustaba cuando era pequeña, era ir a robar la fruta a los
árboles de los vecinos, y si estos salían gritando : - ¡¡
Ahhhhhhhhhhhhh .... malandrines .... !! - y hasta tiraban
perdigonadas de sal, mejor.
Cosas que se pierden con
la edad.
s.
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