Los resultados de vivir con
María Gabriela comenzaron enseguida a percibirse en Roberto. Dejaba ver su felicidad ante los demás; porque si antes Roberto era poco hablador, ahora, con frecuencia, sin decir palabra, esbozaba una sonrisa en la comisura de sus labios; también se notaba que cambiaba
de ropa con más frecuencia que antes, a fin de cuentas se nota en
como viste cualquier hombre, si hay detrás una mujer; y tenía más ganas que antes de salir antes de tiempo del trabajo para regresar a su casa.
En el consistorio la nueva expresión sonriente del alcalde se introdujo en la vida de los
funcionarios que trabajaban allí, y ahora podían estar
sin hacer nada durante más días, escuchando, a la gente que venía al ayuntamiento a interrumpir la paz
del trabajo, con la misma sonrisa que mostraba el alcalde.
- Pero estás seguro
que se puede ver como crece la planta ?
- Si, pero tienes que estar
quieto, mirando fijamente para la planta sin moverte, para notar como
crece.
- ¿Y si viene alguien?
- Le dices con la mirada
que espere.
La vida en Menciños
transcurría apaciblemente durante la primavera hasta que un
interventor de hacienda, que había venido de la capital para supervisar las
cuentas del ayuntamiento, contó a sus compañeros lo que
había ocurrido en Menciños. en la cafetería donde tomaba café con sus compañeros,
al lado del trabajo.
-
¡Una morenaza muy simpática y con buenos pechos; menudo bombón
se echó el alcalde de Menciños por mujer!
Su jefe un
alto funcionario de libre designación, cuando oyó la historia en la cafetería donde van los de hacienda, tan pronto llegó de regreso a su despacho descolgó el teléfono
y llamó a la secretaria, de la secretaria, de la secretaria
... bueno, a alguien que escuchaba chismes para darle el chivatazo al
presidente regional del partido, de lo que había escuchado, sin decir donde, del alcalde
de Menciños.
El asunto llamó la
atención y finalmente alguien pensó, que sería bueno para el partido, sacar un reportaje
del pueblo de Menciños en el telediario del mediodía.
Una mañana
aparecieron los de la televisión en el pueblo para hacer el
reportaje. Llegaron en un turismo de
color blanco, con letras azules a los costados. TvX
Eran tres: la reportera, una chica de piernas bonitas; el cámara, un joven greñoso y de barbas, y el
conductor del vehículo.
La reportera, con su
micrófono en la mano, no
paraba de correr y saltar sin dejar de hacer preguntas, en una variedad dialectal del galaico-español,
porque sus padres eran de las Palmas y había encontrado trabajo en
la TvX gracias a que tenía una abuela gallega que viviría en
cualquier pueblo de ficción, deshabitado, abandonada y feliz con sus
gallinas, su huerta y su cocina de leña: que tenía unas piernas tan
bonitas como ella.
-
¡Bos dias, somos da telivision X e vimos a Menciños ... !
Con ella arrastraba al cámara,
que la perseguía constantemente para que
no se escapara del alcance del ojo
de vidrio de su videocámara.
Se presentaron en la
casa consistorial y después de
que el conserje preguntara por
teléfono,
a no se sabe quien, este
les cedió el paso y los acompañó conduciéndoles por
las dependencias de la casa consistorial.
Mientras el cámara grababa
las paredes blancas, y las puertas y las mesas de madera
castaño, en las que se estampaba delante la siempre presente reportera X de la TvX, esta iba regalando preguntas que no
esperaba que respondiesen.
-
¡Bos dias, somos da telivision X!. ¿ Uds. trabaja aquí ...?
La funcionaria, una
joven que no había
acabado los estudios,
que era hija de la de la farmacia. Sin responder nada, la miró
sonriente, a ella y al cámara,
y le señaló con el dedo que entrara en el despacho del alcalde.
Llegaron y entraron
en el despacho del
alcalde.
Allí estaba sentado
Roberto y
detrás de él estaban de pie, cubriendoles las espaldas, algunos de sus más próximos en la
labor de gobierno del ayuntamiento.
- Y aquí el alcalde de
Menciños
-¡Bos dias,
somos da telivision X!.¿ Uds. trabaja aquí
...?
-¡Aja!
Y como vinieron se fueron. No sin dejar caer que
el martes de la siguiente semana pasarían el reportaje por la tele,
en el comarcal de las dos.
mvf.
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