el gallinero de la campanera -2melquiades
Pero los
gemidos continuaban sin parar. Entonces Melquiades, con cuidado de no arañarse bajo el alambre de
espino, pasó al otro lado de la finca arrastrándose
por debajo de la alambrada y una vez dentro, ahora con cautela, continuó en dirección a la procedencía de las llamadas de auxilio, que le condujeron al gallinero de la campanera.
Al llegar, descubrió que quien pedía ayuda era su archienemigo el zorro, que salía se había quedado atascado boca arriba, con la cabeza para fuera, en el hueco por el que entraba en el
gallinero.
No tardó en
comprender lo que había ocurrido: el zorro, amparado en la obscuridad, había entrado por la noche en el gallinero y darse el festín zampando varias gallinas, y después, con su panza llena, se había quedado atascado al salir por el agujero por donde
había entrado, y de tanto forcejear había quedado de esa forma, atascado con la
cabeza fuera, boca arriba.
Al ver los ojos
lastimeros con que le miraba el zorro, comprendió enseguida que a su
archienemigo solo le quedaba esperar que cuando fuera la campanera, por la
mañana al gallinero, descubriese su fechoría y al encontrarlo allí prisionero lo moliese a palos. A salvo que ocurriese
algún milagro.
Pero Melquiades le debía
una a la campanera y ahora era la ocasión de desquitarse. Así que
decidió que iba hacer todo lo posible para socorrer al zorro ayudandole a escaparse.
mvf.
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