lunes, 15 de enero de 2024

Ensayo sobre una novela de Adelaida - completo

 Adelaida quería ser monjita evangelizadora en las amazonas y cuando, en el colegio de hermanas religiosas al que iba a clases, se lo contó a su profesora de geografía esta le mandó hablar inmediatamente con la madre superiora, antes de que la enfermedad se propagase por la clase.
Al día siguiente sus padres tuvieron que ir
para hablar sobre su hija con la madre superiora, y después de explicarle a estos lo ocurrido con su hija, la madre superiora añadió:


"eso no puede ser, por que la palabra de dios está reservada a los hombres y la obediencia y la paciencia a las mujeres"

- ¡Si, madre superiora, que si lo sabré yo! - respondió la madre de Adelaida. - Además, ¿qué podría enseñarles a esas mujeres de la selva? Sería inapropiado sugerir que podían llegar a trabajar, imitando la vida de los hombres.


El mismo día de la charla, sus padres castigaron a Adelaida sin salir de su habitación, al regresar a casa del colegio, para escarmentarla. 

 
Sola en su aposento se tiró boca arriba encima de la cama, mirando para el techo con la vista borrosa de sus ojos llenos de lágrimas. 
El techo de la habitación estaba lleno de estrellitas fosforescentes que su madre pegó, cuando era pequeña, para que le hiciesen compañía al apagar la luz de la habitación.
Estuvo un buen rato sin moverse en la cama, con la vista perdida en un universo borroso. Cuando dejó de llorar se irguió de la cama, cogió dos muñecas que estaban colocadas en la estantería de la pared y regresó con ellas sentándolas encima de sus piernas, recogidas encima de la cama. Una de las muñecas tenía medias rojas y llevaba el pelo rubio con mechas; la otra tenía el pelo negro y se llamaba pepona; ambas, tampoco comprendían porque Adelaida no podía ser misionera evangelizadora del Amazonas.
Al cabo de un rato se cansó de jugar con la muñecas y las volvió a llevar a su sitio, en la estantería de la pared, y cuando lo hacía se fijó en el libro que le había regalado una tía suya en su cumpleaños.
 Cogió el libro de la estantería y se tumbó encima de la cama; y puso el libro en el suelo, encima de la alfombra, para leerlo acostada, boca abajo.

Llevaba leídos un par de capítulos cuando se dio cuenta que los personajes de la novela, una pandilla de adolescentes, hablaban dentro de su cabeza, y escuchaba sus voces al pasar el dedo por encima de lo escrito en las páginas del libro. Tras ese descubrimiento Adelaida empezó a leer todo lo que caía en sus manos durante los castigos que tenía que pasar sin salir de su habitación. Como en el castigo de cuatro semanas sin salir de la habitación que sus padres le pusieron al saber que rechazó a puñetazos a los chicos del pueblo vecino que habían venido a pedirnos de bailar en las fiestas patronales.

En el colegio dejó de querer ser monjita evangelizadora en el Amazonas y empezó a escribir cositas que pasado algún tiempo dejo leer en secreto a su mejor amiga y acabaron en las manos de sus compañeras de clases para que las leyesen.

Que vanidosa, dijimos nosotras, y nos burlamos de ella llamándola Adelaida Fuertes.

Un buen día Adelaida apareció con una caja llena de libros con la intención de vendernos uno. 

Quedamos boquiabiertas. 
¡Adelaida Fuertes había escrito una novela!

¿Que había ocurrido. Le había picado un bicho o
había nacido para escribir. Tenía una semilla dentro de ella que germinó con la lectura. Como se pasa de lectora a escritora?

- ¡Menudo misterio!

Lo único que se puede hacer aquí, para arrojar algo de luz sobre este tema: es un ensayo sobre la novela de Adelaida.





 Ensayo, sobre la novela de Adelaida.



A la edad de veintidós años Adelaida, ni estudiaba ni trabajaba, y como no tenía ninguna expectativa en el horizonte decidió volver de nuevo al colegio, y se matriculó en un curso de formación profesional básica de administrativo. Y allí nos volvimos a encontrar algunas amigas que estudiamos juntas en el colegio de monjas. Para celebrar nuestro encuentro, continuamos burlándonos de Adelaida.

Llevábamos una vida normal, del colegio a casa y de casa al colegio y la que más y la que menos sacaba dieces en religión. Faltaba ya un par de meses para
llegar a junio, cuando Adelaida apareció en el instituto con una caja llena de libros iguales.
Nosotras creímos que quería ser librera
o bibliotecaria pero el error se desveló enseguida.

Mientras nosotras no sabíamos freír un huevo y nos quejábamos en casa de que no nos gustaba el pescado o la sopa con fideos gordos, nuestra compañera para dar la nota y hacerse la importante había escrito un libro.


Había escrito en secreto su manuscrito y cuando lo termino fue enviando copias a la dirección de las editoriales de los libros que leía - algunas de ellas ya no existían desde hace tiempo - y finalmente recibió respuesta de una imprenta de Albacete diciéndole que ellos se encargaban de la corrección en gallego y de la impresión de su primera novela. Todo por mil euros.

Sin dudarlo ingresó la cantidad en la cuenta que le indicaban, y les mandó la copia del recibo del banco y el manuscrito completo.
 -El origen de los fondos nos es completamente desconocido; alguien dijo que gastó el dinero que una tía suya le había dejado al morir, para que llevara una vida normal, fuera a la universidad y se casara.

Ahora Adelaida estaba en el colegio con la caja de libros que le enviaron de la imprenta y pedía que le comprásemos un libro para hacerse con algo de dinero y comprar algunos trapitos.

La primera en comprar el libro fue la profesora de filosofía, como es muy despistada pensó que los beneficios de la compra del libro era para una excursión de clases. La profesora de filosofía le enseñó el libro a la orientadora, quien no se podía creer que
una alumna del colegio hubiera escrito un libro, y como erradamente la de filosofía le dijo que la compra era para una excursión ... la orientadora también compró el libro.
Cuando las profesoras estaban en la cafetería, el director se fijo en el libro que llevaban y les preguntó que leían y cuando le contaron que una alumna, Adelaida Fuertes, había escrito una novela, decidió que la obra escrita por un alumno no podía faltar en la biblioteca escolar ... y mandó al conserje que comprara varios libros para el centro.

El conserje fue a buscar a Adelaida , y asimismo se compró un libro más para él, por si acaso fuera tan tonto y desaprovechara la ocasión de comprar un libro, que el día de mañana pudiera ser tan valioso como las primeras letras de la premiada  Adelaida Fuertes. 
Además, la novela con dedicatoria a las amistades salía por diez euros; todo un chollo, según el conserje.

A última hora de la mañana, unas compañeras habían comprado el libro y otras lo compraron por no ser menos. Y como dice mi vendedora local del club de lectoras: todo el mundo tiene un montón de libros en su casa sin leer y uno más no importa. Adelaida regresó a casa con la caja vacía.

 
Sorprendida por el éxito le dijo a sus padres que esa noche iba hacer ella la cena y toda la familia cenó una gran sartenada de patatas fritas con huevos y ketchup. 


- Adelaida en ningún momento hizo un donativo para una excursión del colegio-






La primera lectura de la novela vino de su mejor amiga, que quiso leer lo que escribió Adelaida Fuertes para criticarla.

El libro, estaba lleno de faltas y además, para la perplejidad del lector, aunque venía escrito en gallego usaba palabras como fiasta o miou  porque estaba corregido al vuelo por el linotipista, de la imprenta de Albacete, que casualmente era de Tomiño, provincia de Pontevedra.
A  pesar de lo inéditas que pudieran parecer las frases con las que se expresaban los personajes en la novela

 - ¡Acercate miou que hoy voy hacer una fiasta!  - estas se hicieron prontamente famosas en todas las fiastas.

No obstante no queremos desviarnos con el uso tan original que se hace del idioma gallego en la novela que vamos a hacer la critica.

La redacción de la novela tiene un trazado complejo que vamos a analizar

Adelaida, se valió de notas de papel
pegadas por las paredes, como se ve en las películas policíacas que el detective cuelga sus personajes, hechos y eventos en la pared de su oficina, y unidas por hilo rojo de lana las usaba de guía para calcetar la trama de la novela sobre el papel, con una vieja maquina de escribir.

 En algún momento, de esta trama los padres decidieron pintar la habitación de Adelaida  que no se habían tocado desde su más temprana edad.

La aparición de los pintores obligó a la autora a hacer un alto inesperado en la novela. Tuvo que despegar las notas amarillas de la pared, que contenían las principales ideas de la obra, para guardarlas en una caja de zapatos, mientras los pintores hicieran su trabajo. Tardaron casi dos semanas.
Cuando pasó la brocha por la habitación y aún no desapareció el olor de recién pintado, Adelaida regresó con la caja de zapatos y volvió a colocar los papeles amarillos por las paredes, pero al ser de segundas vuelta, como los noviazgos, no fueron vueltos a ordenar como los primeros.

Esto dio lugar a giros inesperados de la trama en la novela, que obligaban a reflexionar al lector:

Reflexiones que se dan según se avanza en la lectura:
-¡Pero si la historia empezaba de otra manera!

Con frecuencia el lector se tiene que parar para encontrar el sentido de lo leído - ¿Me habré equivocado leyendo?  - y en otras ocasiones parece como si se siguiera varias conversaciones por el wasap.



 El misterio en la novela comienza en las primeras hojas del libro:

La victima no había muerto, la habían matado enviándole por paquete exprés una caja con chorizos llenos de matarratas. 

Al llegar a la casa del cadáver, la policía  pregunta a los vecinos si habían sido testigos de algo. Todos declararan lo mismo: alrededor de las horas en que falleció la victima, estaban viendo la tele con su teléfono en la mano.

- No me he enterado de nada porque estaba viendo la televisión con el teléfono y le estaba preguntando a una amiga por mensajería si sabía qué acababa de pasar en la película que estaba viendo en la tele.

Surgen los primeros momentos de misterio de la novela:

¿Quien estaba al otro lado del teléfono?

Pero en el segundo capitulo de la novela, por falta de experiencia en el genero de las novelas detectivescas, se acaba el misterio cuando nos encontramos en el tanatorio, justo antes de trasladar a la victima a su descanso final, con la escena en que los amigos y familiares se juntan para el último adiós y la asesina es la única que se presenta maquillada.



Tras varios intentos, en la lectura de la novela, se descubre el móvil del crimen.

La asesina, como se describe en la novela y del mismo nombre que la autora, debía ser como Adelaida porque sus compañeros de trabajo, en la ficción, le regalan un frasco de perfume y su jefe manda poner en su puerta un ambientador de limón solo para ella.


La víctima, un joven con importantes posibilidades de ascender en la vida, acababa de ser fichado por el equipo de fútbol local con la promesa de recibir una prima de cinco euros por gol metido;  y después de una relación de varios años de noviazgo con la asesina
terminaban de separarse, por una pelea que ella tuvo con dos de sus mejores amigos, dejando KO a uno de ellos.

 Cuando se separaron, la víctima fue colgando de manera temeraria, en internet lo mal que la asesina hablaba de sus amigas.

En esto yo estoy con Adelaida

"No hay que ser muy
perspicaza para entender los sentimientos naturales que conducen al desenlace.

La asesina se entera por su mejor amiga en un bar de parque. Ignoraba la publicación de sus comentarios en una pagina de relación social. 
 Hacía sol y sus rayos rebotaban en el aluminio de las mesas metálicas, mientras espera tomando una horchata.
Cuando llega, su amiga se sienta frente a ella y pide otra horchata. Comienzan a hablar y llegado un momento de la conversación esta para de sorber su horchata y le dice:


 -Yo también hubiera preferido otra amiga, pero tu eras la que estaba siempre conmigo.

Al escuchar lo que acaba de decir su amiga, la asesina descubre entonces que su ex ha colgado en internet sus confidencias,  y mientras sorbe con toda la naturalidad su refresco jura vengarse de él.



En este momento la lectura se hace fácil y ágil, y saltando una decena de
capítulos - lo más recomendable para no volver a perderse - se llega al desenlace, cuando el cartero descubre a la asesina inyectando veneno en una bolsa de chorizos.


- ¿Para quien son esos
chorizos?

- ¡Son para el perro de mi ex!


- ¡Pero tu ex no tiene perro!


O algo a así.


Correos : ensayo sobre la novela de Adelaida


Después de ver la luz nuestro ensayo sobre la novela de Adelaida, comenzamos a recibir correos en los que algunas amigas mostraban interés por conocer el título de la obra en cuestión.
Lamentamos decepcionar las expectativas generadas en vuestros amables correos. Sin embargo, sinceramente creemos que con nuestro ensayo hemos contribuido, a que la obra de Adelaida alcance un interés mayor que la del reducido circulo de sus amistades más intimas y la casualidad. Aunque Adelaida  piense lo contrario y relacione la escasa venta y difusión de su novela con nuestro ensayo y las sanas advertencias sobre los riesgos de su lectura que en el hemos incluido.

 Para evitar enfados y malas caras de mi amiga, que pudieran impedir la tranquilidad y el olvido de la novela, más allá de su lectura,  me siento obligada a mantener y guardar con celo el silencio sobre el titulo de la obra.

- cosas de amigas, ya me entendéis.


Para nuestra sorpresa, algunos lectores entienden que la pelea en se relata en la novela tiene el origen en la vida real de la autora. Insinuando a que  Adeladia hace referencia a cuando zurró a sus primos Caramalos, por no dejar que su ex les metiera un gol, en un partido de fútbol local. No vamos a dar más pistas.

Algunos lectores han preguntando por el wasapeo de los vecinos mientras la victima se preparaba unos chorizos con patatas cocidas. Pensamos que la asesina podría haber enviado a los vecinos unas fake new para entretenerlos con su lecturas mientras agonizaba la victima.

 ¿Que si la novela tendrá segunda parte? 

No sabemos que puede estar pasando por la cabeza de la autora en estos momentos,  pero recordamos que antes de comenzar la lectura de su obra, advierte al los lectores que tiene en sus manos la primera edición de la novela.

 Adelaida tendrá muchos defectos pero no tiene el de mentirosa, y no dudamos que la victima no se quedara sin tomar venganza. Por lo que enseguida, a más tardar, tendremos la esperada segunda parte de su novela y podremos leer la venganza de su ex- novio.






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